Ranma 1/2. Sexta Temporada:

Capítulo 1. No puedo estar sin abrazarte:

Número 1.
En el "Café Gato", la bisabuela Colonia mira interesada todos los productos que le ha traído un comerciante chino: "Salsa de soja, aceite, mejillones secos...", hasta que ve una especie de hongo: "¿Qué es esto? No pedí kairaishi.". Shampoo pregunta a Colonia qué es ese hongo, y Colonia se explica: "Es un hongo venenoso usado en magia negra."; y le hace una demostración: mezcla el hongo con comida que ofrece al comerciante y al dar una palmada y decir "Duerme", el hombre cae roncando; a cada palmada de Colonia, el hombre vuelve a dormirse. Shampoo elabora un plan: se lo da de comer a Ranma-h, chasca los dedos pidiendo que le abrace y... Shampoo le compra el hongo al comerciante.

En el Furinkan corren rumores de otra pelea entre Ranma-h y Kuno, el cual presenta claros síntomas de resfriado; "¡Jua, jua, juachús!", ríe; "Bienvenido, Ranma Saotome."; Ranma-h tiene claro que Kuno no puede pelear así, pero Kuno le pide que se acerque: "Te he citado aquí porque...", y empieza a toserle; Ranma-h se aparta mientras Kuno explica su teoría: "La forma más rápida de librase de un resfriado es pegárselo a otro."; Ranma-h sonríe con su ocurrencia, y cuando Kuno se abalanza sobre él lo para con una patada en la cara.

Shampoo cae entonces con su bicicleta sobre Kuno: "¡Nihao, Ranma! ¿Pruebas la nueva especialidad del 'Café Gato'?"; Ranma-h come el pastel de carne mezclado con kairaishi que Shampoo le da y Shampoo grita la contraseña: "¡Abraza!"; y chasca los dedos... al mismo tiempo que Kuno se levanta estornudando... ¡Y Ranma-h abraza a Kuno!

Todos los presentes se quedan de piedra: "¡Se han abrazado!"; ambos rivales están ruborizados, pero Ranma-h se recupera y manda a Kuno por los aires; Shampoo insiste en el chasquido, mientras dice a Ranma-h que la abrace, pero Ranma-h no reacciona. Kuno vuelve al ataque con su espada; Ranma-h salta apartando a Shampoo, Kuno estornuda... ¡y Ranma-h vuelve a abrazarse a él!. El alboroto es general: "¡Lo he visto! ¡Ha saltado a los brazos de Kuno a posta!". Ranma-h aparta a Kuno de un puñetazo y dice que todos están locos. Shampoo ya se ha dado cuenta de que la señal es el estornudo y decidida saca un bote de pimienta.

Una ráfaga de viento lleva la pimienta sobre el grupo de los amigos de Ranma-h, los cuales comienzan a estornudar... y Ranma-h los va abrazando uno tras otro. Shampoo se enfada: "¡Abrazas a todos menos a Shampoo!", y se larga. Los compañeros de Ranma-h le dicen de todo: "¡Me das asco!", le dice uno. Ranma-h no lo entiende: "Mi cuerpo..., no podía dominarme...", y otro estornudo suena... y Ranma-h se abraza a Kuno. "¡Arghhh! ¡No puedo dominarme!", grita Ranma-h; "¡No saldré contigo aunque me lo supliques!", grita Kuno. Entre los compañeros suena un murmullo solidario: "Entendemos tus sentimientos; te ayudaremos, Ranma."; y éste le da una patada a Kuno y les dice que están equivocados.

Akane pega un estornudo; Kasumi la mira con preocupación: "¿Estás resfriada, Akane? Papá y el sr. Saotome han salido."; ella responde que es poca cosa, y que no se preocupe y disfrute de su viaje, pero a Akane le queda otra sorpresa; "Vais a pasar la noche tú y Ranma solos.", le dice Nabiki, que también está dispuesta a irse; "No te pasará nada porque eres muy fuerte.". De todas maneras, Kasumi le hace una recomendación enseñándole un gran mazo de madera: "Si Ranma se descontrola usa esto."; "Pero detente mientras respire.", añade Nabiki.

Akane se queda viendo la televisión, pensando que no va a pasar nada; en el receptor, un hombre acosa a una mujer. "¿Qué haces, Caballerto?", grita ella; "¡Ja, ja! De nada te servirá gritar, Vaquerta. Tu familia ha salido esta noche.", responde él. Akane estornuda de repente... y se queda lívida al sentir el abrazo de Ranma-h; "Ya sé. ¡El estornudo!", dice él. Y Akane lo lanza por los aires; casi ha perdido el resuello: "¡No puede ser!", piensa, y se imagina la escena televisiva entre ella y Ranma-h. Es consciente de que con el resfriado no tiene fuerza suficiente para controlarlo, y vuelve a estornudar; "Esto...", dice Ranma-h abrazándola, "es culpa de los pasteles de carne de Shampoo."; pero Akane vuelve a lanzar a Ranma-h a través del tejado.

En un mercado, Ranma-h está abrazando a un chico resfriado y con mascarilla, mientras su novia grita de pánico. Akane, mientras, se ha atrincherado en su habitación.

Escenas inolvidables: Todo este episodio, en general, es extraordinariamente divertido. Sobre todo los abrazos de Ranma-h a Kuno.

Capítulo 2. Abrázame esta noche.

Número 1.
Akane, en la escalera, apunta con un arco a Ranma-h, que está a los pies de la misma; "¿Quieres escucharme?", le dice él; "¡Abrázame otra vez y no verás el amanecer!", amenaza ella; "¡Shampoo me ha hechizado!", le dice Ranma-h, pero Akane no se lo quiere creer y apunta con el arco... y estornuda. La flecha se clava en un cojín mientras Ranma-h la abraza; "¡Mierda! ¡Tengo que abrazar a este marimacho!", dice él mientras Akane grita: "No sólo me atacas, ¡también me insultas!", y lo lanza de un espadazo al jardín, donde Shampoo-gato pega un estornudo.

Ranma-h grita de terror y entra al baño abrazando a Shampoo-gato, arrojándose a la bañera; "¡Quítame ese hechizo!", le dice Ranma-h; "¡No quiero!", juguetea Shampoo. Akane llega y da un golpe a Ranma-h, diciendo que ya se lo cree y acusando a Shampoo; pero ésta saca un bote de pimienta y lo espolvorea... yendo a caer sobre la nariz de Akane; "¿Qué estás haciendo?", le grita Shampoo, pero Akane estornuda... y no hay abrazo. Ambas se dan cuenta de que Ranma-h ha huído.

Ranma-h camina sobre el muro con su mochila a la espalda: "Esto es demasiado. Esta noche dormiré al raso.", piensa. Kuno va de camino a casa de los Tendo, dispuesto a lavar la afrenta de esa mañana; "Maldito seas, Ranma Saotome. Irrumpiré en el hogar de los Tendo y...", y pega un estornudo. Kuno entra con Ranma-h abrazado en la casa de los Tendo: "¿Dónde está Ranma Saotome?", pregunta. Akane los mira incrédula, y Shampoo sigue con su plan y da un pastelito a Akane; "Ahora, abraza a cualquier hombre que no sea Ranma." dice golpeando un gong... y Akane abraza a Kuno. Ranma-h mira la escena incrédulo, y Kuno se desmaya; Akane pregunta a Shampoo qué ha hecho, pero la china vuelve a golpear el gong. "¡Akane Tendo, acepto tu amor!", dice Kuno llorando de emoción y abriendo sus brazos, mientras Akane grita de terror al ver que se abalanza sobre él. Pero Ranma-h lo tira por los aires antes de que llegue.

"¿Comprendes lo peligroso del hechizo?", dice Ranma-h, y Akane recuerda su descontrol y decide disculparse con Ranma-h; "Ranma, lo siento.", dice mientras suena un estornudo... y ve a Ranma-h y a Shampoo abrazados y le pega un mazazo. "Aún no lo comprendes, ¿verdad?", le grita Ranma-h, y Akane está a punto de estornudar pero Ranma-h le tapa la nariz; Akane le da otro puñetazo y Ranma-h va a parar al gong, haciéndolo sonar. Un paquetito cae al suelo; "¿Ryo... ga?", dice Akane al verse abrazada al muchacho; Ryoga comienza a llorar de la emoción; "Nunca olvidaré este día mientras viva. Ahora ya puedo morir feliz.", dice mientras Ranma-h lo tira a través del tejado.

Ambos se cruzan acusaciones: "¡Golfa!", le dice Ranma-h; "Si no te gusta, averigua cómo cancelar el hechizo.", dice Akane estampándole el gong en la cabeza, y el gong se parte. Akane sonríe satisfecha al ver que sin gong no hay hechizo; Shampoo saca otro pastelito para dar a Akane una nueva orden... pero Kuno entra haciendo sonar un gong portátil y Akane lo abraza. Ranma-h lanza a Kuno por los aires y le quita el pastelito a Shampoo, aprovechando un despiste de ésta para hacérselo comer. "Vete a casa tranquilamente.", le dice Ranma-h chasqueando los dedos, y Shampoo se larga atravesando paredes.

Akane y Ranma-h deciden aprovechar la oportunidad y se atrincheran clavando puertas y ventanas. "Por fin a salvo.", dice con alivio Ranma-h al acabar; "Gracias a D...", dice Akane hasta que se da cuenta: "¡Estaremos solos toda la noche!". "¡No estornudes!", le ordena Ranma-h; "¡Ya lo sé!", dice Akane, pero comienza a esnifar, como proximidad del estornudo... y estornuda. Pero no hay abrazo. Ambos se miran; "Se acabó el hechizo.", dice alegre Ranma-h.

En el salón, Akane aún se rodea de la espada, las pesas y los nunchakos; "¿Cuándo vas a soltar esos chismes?", le pregunta molesto Ranma-h; "Es que aún estamos solos.", dice Akane ruborizada.

Capítulo 3. ¡La superfuerza de Akane!

Número 1.
Nochevieja; Kasumi ha mandado a Ranma-m a buscar a Akane. Ranma-m va por las calles de Tokio hasta que ve un tumulto en un centro comercial, y al asomarse ve a Akane jugando a pulsos con un muñeco de feria para probar su fuerza, y lo vence al poco tiempo; "¡Ha vencido al peso medio!", exclama la multitud. El feriante trae al peso pesado y Akane se pone a la faena pero se le resiste. "Te faltan cien años para derrotarme.", dice le muñeco, y Akane reconoce la voz. El muñeco le gana y de dentro sale Shampoo; "¡Shampoo gana la última batalla del año! Akane débil, como siempre.", dice. Akane le propone un nuevo reto, pero Shampoo recuerda algo: "Shampoo en medio de reparto.", y sale con su bicicleta por encima de la cabeza de Akane, pero aún se despide de la manera normal: "Si peleamos por Ranma, Shampoo pelea contigo cuando quieras.".

Akane está rabiosa, y descarga su mal humor peleando con Ranma-h en el gimnasio Tendo. "¿Qué te mosquea ahora? Siempre perdiste con Shampoo.", le dice Ranma-h, y Akane responde que eso mismo. Mientras, en la cocina, Happosai saca unas pastas del agua hirviendo. "¡Cuánto he esperado este día! La legendaria super soba. Un solo tazón y seré invencible.", dice el anciano emocionado. Pero al disponerse a comerlo, una cosa en la televisión le distrae: chicas en bañador. El viejo queda extasiado mientras el resto de la familia Tendo come sus tallarines de Año Nuevo. Al girarse, el viejo ve que su cuenco ha desaparecido y llora como un crío. "¿De qué te ríes, maestro?", le pregunta Soun; "¡Estoy llorando, imbécil!", le grita el viejo.

"Estaba delicioso, Kasumi.", dice Akane dejando el cuenco sobre la mesa... y ésta se hunde junto con el suelo del salón. Happosai mira acusadoramente a Akane: "¡Tú te has comido mi super soba!", pero al explicarlo, nadie le cree y piensan más en otros motivos. Pero el viejo decide sacar provecho: "Te perdonaré si me dejas llorar en tu regazo.", dice lanzándose hacia Akane; y ella simplemente pone la mano... y el viejo sale atravesando todas las paredes de la casa. Akane se mira la mano; "¡Uau! ¡Soy fuerte de verdad!". Ranma-h no se lo cree y la reta a un pulso; "Preparados, listos... ¡ya!"; y Ranma-h queda hundido en el suelo. "¡Otra vez!", dice Ranma-h volviendo a retarla. Y vuelve a pasar lo mismo. Y así una tras otra.

Al sonar las campanadas de Año Nuevo, Akane piensa "¡Hay alguien ahí arriba que me quiere de verdad!"; Soun llora de la emoción y Ranma-h de vergüenza en un rincón mientras el panda le da un cachete y Nabiki un sabio consejo: "Debiste abandonar mientras aún te quedaba orgullo."

A la mañana siguiente Ranma-h y Akane salen de paseo, mientras Akane formula su deseo de seguir siendo fuerte; Ranma-h insiste: "Cuando volvamos quiero pelear."; "Te gusta el castigo, ¿eh?", dice Akane dándole una palmadita en la espalda; y Ranma-h sale volando por los aires. Cerca de allí, se celebra el torneo de badminton de Año Nuevo, y el juez anuncia la quinta victoria de Shampoo. Algo cae del aire y Shampoo lo coge al vuelo: es Ranma-h, completamente KO. Shampoo lo abraza creyendo que venía a felicitarla, momento en el que los ve Akane y se lanza contra ellos. Ranma-h mira horrorizado mientras Shampoo propone pelear, pero Ranma-h la agacha a tiempo para que Akane pase sobre ellos y haga un boquete en el suelo.

"Parece que has mejorado, Akane.", le dice Shampoo; "¿Quieres probar?", le reta Akane, y Shampoo le lanza una paleta de badminton: "Nos jugamos a Ranma, ¿vale?"; "¿Quieres que apueste también al panda?", le replica irónica Akane. Ranma-h las mira desde abajo: "Estúpida Akane; tenía que pelear antes conmigo.".

Capítulo 4. Super Badminton.

Número 1.
El juez recuerda las normas del badminton: "Cuando un jugador no puede seguir jugando se acabó el partido.". Ambas contendientes están muy confiadas. El juez enseña los volantes del juego: una enorme pelota emplumada; la lanza por los aires y Shampoo da el primer golpe que Akane no puede detener. Y al tocar el suelo el volante se abre y unas cuerdas se abalanzan sobre Akane inmovilizándola. Shampoo lanza otro ataque y Akane tampoco lo para; esta vez del volante sale pegamento. Shampoo prepara el ataque definitivo: "¡Despídete!", grita lanzando otro volante; pero Akane le da un suave golpe y el volante se lanza a velocidad endiablada sobre Shampoo, que logra detenerlo con la pala pero no lo suficiente como para salir volando con él. Akane se lanza en su persecución cargada con el resto de volantes y lanzándoselos con rapidez. Shampoo está asustada viendo la fuerza de Akane.

En un ábol cercano, Soun habla con Ranma-h; "¿Efectos secundarios?", pregunta éste; "Sí, las hormonas masculinas se multiplican varias veces..."; "¿Se convertirá en tío?", bromea Ranma-h; pero la respuesta de Soun es más sorprendente: "Le saldrán bigotes.". Ranma-h se cae del árbol de la impresión; Soun salta llorando sobre su cabeza: "¡No vayas, hijo!", dice con ironía; Ranma-h aún no se convence y Soun se disfraza con un kimono de boda: "Ranma, ¿quieres que tu prometida lleve bigote?". Ranma-h le pide que deje las bromas y accede; Soun le da unos frutos que son el antídoto, y Ranma parte en busca de Akane.

Akane busca a Shampoo sobre un tejado, y nota que algo le viene por detrás... y asesta un mandoble. Pero sólo se encuentra a Ranma-h que le ofrece el antídoto: "Tómalo, por tu propio bien.", pero Akane, al saber que es el antídoto de la super soba lo rechaza. Shampoo lo escucha todo al otro lado del tejado; "Super soba; ese es el secreto del poder de Akane."; y se da cuenta de que tras ella tiene a Happosai dispuesto a tomar otra ración de super soba. Y lanza al viejo por los aires.

Mientras, Ranma-h le cuenta algo a Akane: "Tiene efectos secundarios; algo espantoso ocurrirá si no...", pero algo cae sobre él; es una especie de campana que porta Shampoo, junto a dos palas gigantes. Akane se da cuenta de que ya están igualadas y comienzan a disputar el partido sobre el tejado, golpeando una y otra vez la campana en la que está Ranma-h. Ranma-h se está volviendo tarumba y llama desde dentro a Shampoo, la cual deja caer la campana para que ambos queden dentro. Ranma-h aprovecha para darle el antídoto y Shampoo ya es incapaz de levantar la campana; "Una menos.", piensa Ranma-h, pero se da cuenta de algo: "¿Cómo salgo?".

Shampoo se abalanza sobre él: "Estamos solos en la oscuridad."; Ranma-h reacciona con timidez: "No es momento... ¡tonta!", pero se le ocurre algo: "¡Shampoo! No te quites el kimono.", grita bien alto. Akane lo escucha y pega un palazo partiendo en dos la campana; Ranma-h sale satisfecho: "¡Boba! Tendrás músculos pero no cerebro."; Shampoo mientras se pregunta por qué dijo eso Ranma-h. Desde abajo, Soun y Genma miran preocupados.

Escenas inolvidables: Soun disfrazado de novia bigotuda.

Capítulo 5. Trágicos efectos secundarios.

Número 2.
"Estúpida Akane; nunca me escucha.", piensa Ranma-m mientras ve como Akane hace girar la pala gigante a gran velocidad; "Ahora que tengo este poder no lo cederé fácilmente.", piensa Akane mientras recuerda las palabras de Ranma-h: "Te saldrán bigotes."; Akane piensa que son simples celos de su fuerza y lo desafía a un partido de badminton. El árbitro indica el inicio y Ranma-m comienza su ataque lanzando cinco volantes a la vez, pero Akane los para sin problemas con su enorme pala, y Ranma-m se queda de piedra. Los cinco volantes explotan; "Demasiado fácil.", piensa Akane, pero se sorprende al ver caer el kimono de Ranma-m sin nada dentro.

"¡Ranma! ¿Cómo te atreves a huir?", grita Akane enfadada, y tras su pala aparece Ranma-m y le lanza un volante a la cabeza; del volante sale un muñequito; Akane sacude la pala, pero Ranma-m la esquiva y le lanza un nuevo volante que Akane no puede rechazar. Del volante salen disparados multitud de tenedores, y Akane se protege como puede con su pala. "¡Akane está a la defensiva! ¡Aprovechémoslo!", grita Soun, y le lanza a Ranma-m un volante gigante que casi la aplasta; el volante se resquebraja y salen del mismo cadenas gigantes que saltan en todas direcciones. Akane rompe las que puede con su pala; "¡No puedes detenerme!", grita.

Pero Ranma-m ve la luz al ver los eslabones partidos: "¡Eso es!", grita, y va lanzando los eslabones partidos de manera que inmoviliza las extremidades de Akane. Luego acaba por pasar sobre ella el resto de las cadenas. Ranma-m sonríe satisfecha: "Parece que he ganado, así que cumple y tómate la medicina.", dice mostrándole el antídoto. Akane se enfurece: "¿¡Quién se lo va a tomar?!", grita mientras arranca el suelo del ring y se incorpora; Ranma-m grita de terror... pero Akane siente algo y se lleva las manos al rostro. Soun llora desesperado: "Al final, el bigote."; Akane grita de dolor y sale corriendo. Ranma-m pone cara de resignación; "Es culpa suya.", piensa. Y el suelo del ring le cae encima.

En la copa de un árbol Akane llora como una niña; Ranma-h aparece entre las ramas; "¡Esos bigotes te quedan bien!", dice jocoso, y Akane rompe a llorar sonoramente, mostrando sus bigotes felinos, mientras Ranma-h ríe con sorna. Akane parte el árbol enfadada por la risa de Ranma-h, y éste le lanza el antídoto; Akane lo mira con cara de disculpa: "Lo siento. No debí acusarte de envidiar mi fuerza."; Ranma-h le replica: "No seas tonta. ¿Crees que soy así?"; los bigotes de Akane desaparecen casi inmediatamente y Ranma-h la mira sonriendo: "Ahora eres la Akane que conozco y... bueno... me alegro."; y Akane se derrite.

Esa noche, en casa de los Tendo, se oye una y otra vez lo mismo: "¡Otra vez!", dice Ranma-h, y se escucha un golpe; Ranma-h le está echando un pulso tras otro a Akane y avasallándola con continuas victorias. "¡Jua, jua! ¡En una pelea limpia no tienes nada que hacer!", ríe Ranma-h, mientras Akane le amenaza tras él con un martillo. "Creo que desde que Akane le derrotó echando pulsos...", dice Kasumi, y Nabiki acaba la frase con cara de ironía: "... le ha guardado rencor? Estaremos equivocadas.".

Capítulo 6. El regreso del director.

Número 2.
Una fría y nevada mañana un rumor se extiende por el Furinkan: "Dicen que el director va a volver."; entre los alumnos hay varios rumores. De repente, un muñeco de nieve coge la bufanda de una chica: "Hey, girl! Chequeo de bufandas chillonas.", le dice; el muñeco corre tras los alumnos, que huyen despavoridos; "¡Es un muñeco de nieve diabólico.", dice alguien. Ranma-h observa la escena hasta que el muñeco le ve y se lanza sobre él; Ranma-h lo esquiva con facilidad. "¿Quién demonios eres tú?", le pregunta Ranma-h; el muñeco le palmea con confianza: "Don't worry!", y de sus manos aparecen unas tijeras que amenazan con cortar la trenza de Ranma-h: "Un peinado inaceptable.", dice el muñeco.

Ranma-h se lo quita de encima de una patada y lo estrella contra una portería; el muñeco amenaza con las tijeras y con una frase: "¿Quieres mosquear al director?". La sorpresa cunde entre el alumnado: "¿Esa cosa es el director?"; "¡Esto es un muñeco de nieve mentiroso!", dice Ranma-h propinándole una patada. El muñeco se rompe en pedazos y de dentro sale un tío con camisa hawaiana, un ukelele, gafas de sol y un cocotero en la cabeza: "Hello, my students!", saluda. Se acerca a Ranma-h y le da una piña: "Te he traído un recuerdo de Hawai.", le dice. Y la piña estalla; el director se parte de la risa mientras Ranma-h yace inconsciente.

"Si te metes con tu director, tus días están contados.", dice, y de nuevo se acerca para cortar la trenza de Ranma-h... pero éste le da una nueva patada. El director le mira llorando: "Me has pegado.", le dice; y silba, apareciendo un trineo tirado por renos; el director se monta y amenaza a Ranma-h mientras llora: "Hey boy, te acordarás de esto."; y una nueva piña vuela por los aires... y vuelve a estallar. "Si alguien necesita disciplina en este colegio no es uno de nosotros.", dice un compañero de Ranma-h, mientras éste tiembla de rabia: "Lo va a pagar caro."

Un mensaje suena en la megafonía del Furinkan: "Que todos los estudiantes acudan al auditorio para un mensaje del director."; sobre la tarima del auditorio el director ríe: "Os he traído un regalo de Hawai."; el rumor se escucha en toda la sala, hasta que el director muestra el regalo: "Nuevas normas: los chicos se raparán y las chicas llevarán corte a tazón.", dice mostrando un dibujo explicativo. Esto cae como una losa sobre los alumnos; "Y esto es sólo el principio. A partir de ahora las reglas serán más duras."; sobre el director empiezan a caer zapatillas y balones, luego sillas, y luego el potro, la colchoneta, la barra fija...

Ranma-h cae sobre él, y le dice que es una venganza muy sucia; el director le señala algo... y Ranma-h ve como Akane cuelga del techo atada a una fregona. "Lo sé todo de ti. Ranma Saotome; aula 1-F. Si quieres liberar a tu prometida, tendrás que raparte.", dice mostrando maquinillas de rasurar. Pero Akane rompe la fregona y se lanza sobre el director; "¿Y te llamas a ti mismo director?", le dice furiosa. El director la para y le dice que escuche hasta el final: "Vais a luchar contra mí. En este coco...", dice mostrando uno, "... está el indulto a las reglas. Si alguien me lo quita...", y Ranma-h se lo quita dándole una patada: "Volverás a darnos la plasta.", dice.

Pero el coco estalla y cae un papelito de "Sigue buscando". "Tenéis tres días. Estaré esperando en mi despacho.", canta el director. El revuelo del alumnado es general, y los profesores lo miran todo con cara de resignación: "No ha cambiado. Hace lo que sea por fastidiar a los alumnos.". El director se despide especialmente de Ranma-h: "Hey, boy! Ese pelo quedará muy bien en el suelo."; Ranma-h le sonríe: "Debiste quedarte en Hawai de salvavidas, teacher.". Sobre el Furinkan vuelan dos globos con el corte de pelo de muestra, y el director ríe sobre la torre del instituto.

Nuevos personajes: El director del Furinkan.

Capítulo 7. Aventura en el despacho del director.

Número 2.
El instituto está revolucionado. "¡No nos afeitaremos la cabeza!", gritan los chicos; "¡No al corte tazón!", gritan las chicas. Kuno lo observa todo; "Mientras yo, Tatewaki Kuno, permanezca en el Furinkan, ninguna tiránica forma de corte de pelo será impuesta. ¡Prepárate, director!", y asesta un mandoble con su espada justo cuando Ranma-h pasa sobre él; y Ranma-h le da la patada habitual. Akane se da cuenta de algo: "Hemos buscado por todas partes, pero no sabemos donde está el despacho del director."; en un monitor, el director los observa y pulsa un botón. Una enorme cantidad de agua comienza a caer sobre los pasillos del Furinkan, arrastrando a todos los alumnos hacia un sótano desconocido.

Pero la sorpresa cunde entre todos al ver que están en una especie de selva, llena de cocoteros y papagayos. "Aloha! Bienvenidos a mi despacho.", saluda el director encaramado en un cocotero; "Os va a encantar nuestra amigable atmósfera hawaiana.". Akane percibe ruidos en la espesura, y de la oscuridad salen tigres, gorilas, cocodrilos... Akane detiene el ataque de un gorila y observa algo en su mano: "¡Maquinillas de peluquero!"; una tras otra, las fieras van cayendo y los alumnos se dan cuentan de algo: "¡Son nuestros profesores!". Los pobres docentes lloran desconsolados: "El director nos obligó. Tengo tres cachorros que alimentar."; Akane se vuelve hacia el director, pero éste ya no está. Se propone una búsqueda por separado, y mientras, Akane piensa algo: "¿Dónde se ha metido Ranma?".

Las olas llegan a la orilla de una playa artificial donde el director toma la luz de un foco sobre una tumbona y toca el ukelele: "Hay muchas más trampas.", canta. De repente, una canoa le cae encima impulsada por una fuerte ola. El director ve a una chica con trenza (Ranma-m) desmayada sobre la playa y se acerca a ella: "Hey girl! ¿Estás bien?", y al ver la trenza saca la maquinilla diciendo: "Corte tazón para las chicas."; Ranma-m le da una patada diciendo que no es una alumna y le cuenta una triste historia mientras derrama lágrimas: "Vengo de una isla vecina buscando un coco muy especial para mi pobre padre enfermo.". El director se enternece: "¡Qué niña tan dulce!".

Ambos se sientan juntos en la playa, y el director comienza a llorar ante la sorpresa de Ranma-m; "Sorry, me acordaba de mi hijo.", se excusa el director; "Lleva desaparecido tres años.". El silencio se hace entre ambos y el director vuelve a preguntar: "Dime niña, ¿tienes padre?"; Ranma-m no se lo puede creer: "¿No te acabo de decir que tengo un padre enfermo que quiere comerse un coco especial con un rollo de pergamino dentro?"; "¡Pero que niña tan dulce!", vuelve a exclamar el director; "Te ayudaré a buscarlo.". Ranma-m está incrédula: "¿No lo tienes?"; el director ríe divertido: "¡Se me olvidó dónde lo escondí!".

El resto de la gente, con Akane a la cabeza, está desesperada buscando el coco. Kuno está dentro de una planta carnívora gigante, trantado de escapar: "¡Maldito director! Yo, Tatewaki Kuno, te lo haré pagar."; mientras, otros compañeros lo miran sorprendidos: "¡Guau! ¡Una planta devora-hombres!".

Capítulo 8. El hijo del director.

Número 3.
Akane va rompiendo a base de fuerza un coco tras otro, hasta que llegan al último; "Esto significa, ¡que este es el del indulto!", dice alegre. Escondidos en un árbol, Ranma-m y el director la observan; "Tan dulce y tan fuerte.", dice el director; "Como siempre, Akane lo hace a las bravas...", piensa Ranma-m. Akane da el golpe de gracia al último coco... y éste explota, saliendo del mismo los globitos modelo de peinado y serpentinas. "Era falso...", dice Akane apesadumbrada; el pánico cunde: "¡Nos raparán! ¡Nos cortarán el pelo a tazón!". Akane hace una propuesta clara: "¡Busquemos al director!"; todos aplauden la decisión.

En ese momento, el director se descuelga entre ellos balanceándose con una liana: "¡Cógeme si puedes!". Pero Ranma-m corta la liana y los alumnos cogen y atan al director, mientras éste llora la traición de Ranma-m. El director se hace el sueco, diciendo que no recuerda el escondite; los alumnos sugieren un castigo físico a base de aguantar losas de piedra; "Acabo de recuperar la memoria.", dice el director, y manda a Ranma-m que tire de una cuerda. Al tirar, cae una enorme tela donde se ve la foto de un niño rapado, a punto de llorar, y con cara de estar muy enfadado; la pregunta es obvia: "¿Qué tiene que ver ese niño con esto?"; el director llora mientras dice que es su hijo, desaparecido tres años atrás, y ofrece el escondite del coco a cambio de su hijo.

El alumnado se pregunta por donde empezar, y Ranma-m les llama la atención: "¿No os recuerda a alguien ese crío?", y se encarama a una liana y le pinta el pelo. La sorpresa se apodera de todos: "¡Es nuestro compañero Kuno!".

Kuno va cortando ramas a diestro y siniestro mientras maldice: "Yo, Tatewaki Kuno, jamás volveré a llevar el pelo así. Cuando encuentre al loco que concibió esta obscenidad, sentirá mis años de recuerdos torturados.". Pero Ranma-h le sacude un buen golpe en el cogote y lo deja inconsciente, llevándoselo al director; pero el director lo observa desconfiado: "Este no es mi hijo."; "¡Pero son idénticos!", dice Akane mirando la foto del pequeño Kuno. El director prosigue: "Mi hijo Tatewaki..."; "¿Tatewaki?", pregunta Ranma-h; "¡Entonces es tu hijo!", gritan los demás. Pero el director insiste: "Tatewaki tenía 14 años y era más bajo."; la gente no se lo puede creer: "¿Y si ha crecido?". Al director se le ocurre una idea: "Rapándolo lo reconoceré.", y se acerca a Kuno con la maquinilla.

Pero Kuno despierta y se encara a él: "¡Tú! ¡El director diabólico!", le increpa; pero Akane le grita que es su padre. Kuno se para y lo mira: "Mi padre desapareció hace tres años, ¡y tú no te pareces a él!", y le asesta un mandoble que el director esquiva. Una foto cae, y Kuno la coge: "¡Una foto de mi padre!"; el director dice que es suya, hecha tres años atrás. Kuno insiste: "La piel de mi padre era más blanca que la tuya."; Ranma-h lo mira irónico: "¿Y si se bronceó en Hawai?". Kuno se ha cansado y ataca, pero el director contraataca con la maquinilla haciendo trizas la espada de madera de Kuno. Kuno se queda de piedra: "¡La misma técnica que me dejó sin pelo hace tres años! ¡El destroza espadas de madera!". El director se sorprende al oirlo; "¿Cómo sabes...?", y está claro que es la prueba definitiva: "¡Tacchi!", grita el director; "¡Daddy!", grita Kuno, y ambos van a abrazarse...

Pero a mitad de camino ambos entrechocan sus armas, y Kuno mira al director con cara de odio: "Por fin una oportunidad de devolverte lo que le hiciste a mi pelo, daddy."; pero Ranma-h lo manda por los aires y salva la situación, recordando al director su promesa. "Está bien.", se rinde el director; "En el despacho hay un mapa que indica la localización del coco."; le preguntan dónde y la respuesta es sorprendente: "En la nuca de Tacchi; hace tres años lo dibujé con tinta especial."; Ranma-h no se lo puede creer: "¿Estabas planeando esta idiotez hace tres años?", y le da una patada. El resto de la gente toma la decisióm: "¡Hay que encontrar a Kuno y raparle el pelo.", y comienzan la búsqueda de Kuno, el cual está inconsciente colgando de la rama de un árbol.

Escenas inolvidables: El genial encuentro entre padre e hijo. Parece que lo de no darse cuenta de cosas evidentes viene de familia. Y sorprendente el "amor" que se profesan.

Capítulo 9. La crisis del pelo.

Número 3.
Sobre el Furinkan aún flotan los globos de muestra del peinado; todos recuerdan las palabras del director y todos están convencidos: "Debemos raparle la cabeza a Kuno. ¡Por nuestra felicidad!", dicen levantando las maquinillas de rasurar. "¿Os creéis que estoy sordo?", dice Kuno saliendo tras ellos, pero se animan a atacarles todos a la vez... y Kuno los tumba. Ranma-h y Akane miran desde la rama de un árbol; "Supongo que esto es un trabajo para...", dice Ranma-h, pero Akane le corta: "Aunque sea Kuno, ¿no sientes compasión?". Y Kuno aparece tras ella abrazándola: "¡Oh, Akane Tendo! ¡Te importo! ¡Saldré contigo!". Akane se lo quita de encima, y Ranma-h le vuelve a preguntar si le da pena; "En cierta forma sí.", responde, y Ranma-h le da la razón; "A menos que le hagamos aceptarlo...", sugiere Akane.

"¡Kuuuno!", llama Ranma-m, y Kuno se maravilla al verla: "¡La chica con coleta!"; Ranma-m le ofrece algo que trae en una caja: una maquinilla de rasurar. "Me gustaría que te raparas la cabeza.", le dice Ranma-m; tras el follaje, el resto de la gente se maravilla con la buena idea de Ranma-m. Pero Kuno tiembla de rabia; "Aunque vivo para complacerte, ¡no puedo!", le dice Kuno; Ranma-m actúa pareciendo contrariada, y cuenta una bonita historia: "Desde que te conocí sueño con adorar tu cráneo desnudo, salir por acá y por allá, un beso...", y Kuno se abalanza sobre ella: "¡Es eso lo que quieres!". Ranma-m se lo quita de encima y se echa agua caliente: "Este es el límite.", dice. El resto de compañeros van hacia ellos con gritos de júbilo.

Todos se disponen al afeitado, pero una voz les para: "¡Esperad!", grita Akane, "¡Él no aceptó! ¡Recordad que nuestro enemigo es el director!". Todos se dan cuenta de su error: "Kuno será un pervertido, ¡pero es nuestro pervertido! ¡Sólo pensaba en mi propio pelo! ¡Camarada, perdónanos!". Del inconsciente Kuno parece salir una voz: "Está bien; mi sacrificio no es nada, si os evita ser rapados."; "¡Gracias!", gritan todos echándose sobre él. Pero Kuno se despierta y se encara a ellos: "¿Cómo osáis poner palabras en mi boca?".

Pero otra novedad llega del cielo; un montón de langostas caen sobre el alumnado, langostas especialmente entrenadas para cortar el pelo con sus pinzas. Ranma-h siente algo tras de sí, y al revolverse... ¡ve una langosta gigante! Ranma-h consigue esquivar su primer ataque y contraataca, pero de entre las pinzas de la langosta sale gas lacrimógeno. Ranma-h queda atrapado entre las pinzas... y dentro del hueco encuentra al director que le recibe con un tijeretazo. "¡Debí suponerlo!", dice dándole un buen golpe; la langosta, con el director con la cabeza ya fuera, sale corriendo y Ranma-h la persigue.

Ranma-h llega a una casita de madera con mesa de despacho, llamando al director. Siente un ruido detrás, y al volverse ve una estatua del director con unas tijeras. Se vuelve disimulando: "¡Qué susto! Sólo era una estatua."; la "estatua" se mueve para cortarle la trenza, pero Ranma-h se revuelve y le golpea: "¿Te crees que soy imbécil?". Cuando coge al director, éste le dice que ya recuerda dónde está el coco, pero Ranma-h le sorprende: "Ya no lo quiero. Debí haber hecho esto antes.", y se dispone a darle un buen puñetazo. "Oh, my God!", grita el director asustado... pero sobre Ranma-h cae el ansiado coco y lo deja KO. El director lo cuelga boca abajo y ríe satisfecho: "¡Tú serás mi estudiante rapado número uno!".

Capítulo 10. Trasquilado.

Número 3.
"Hey, boy!", llama el director a Ranma-h, "¡Despieta para el corte de pelo!"; el director se acerca con las tijeras: "Vamos con tu preciosa coletita...", pero Ranma-h se revuelve, coge al director con las piernas y lo estampa contra el coco. "¡Lo has hecho a posta!", llora el director; "¿Yo? No.", dice irónico Ranma-h. El director hincha un globo y lo explota frente a Ranma-h, esparciendo pimienta y se dispone a cortarle el pelo... pero Akane le pega un chillido con un megáfono junto al oído: "¡Se acabó! ¡Estás rodeado!". El resto de gente se abalanza sobre el coco... pero el director, disfrazado de bateador, lo lanza de un batazo al quinto pino.

Pero el coco viene de vuelta... estampado en la cara de Kuno; nada más entrar en la casita, Kuno da un mandoble a ciegas (con el coco en la cara no ve nada), y luego se dispone a dar otro mandoble a ciegas sobre Ranma-h, el cual le da una patada y lo estampa contra el director: "¡Pelea con tu padre, imbécil!". Kuno cae inconsciente mientras el director le mira agradecido: "Me devolviste el coco. Te recompensaré con un corte de pelo.". Pero Kuno se levanta y le amenaza con la espada: "Si tanto te gustan las cabezas rapadas, seré un buen hijo y me aseguraré de que haya monjes en tu funeral.", y empieza a lanzar espadazos contra su padre.

El director se protege tras Ranma-h, pero Kuno no para, y el director contraataca con maquinillas. Ranma-h esquiva todo como puede, apurando cada vez más, hasta que se lanza contra Kuno: "¡Llevaos la riña familiar a casa!", grita dándole un cabezazo a Kuno, el cual cae inconsciente tras ser golpeado por Akane. Ranma-h se balancea hacia atrás y se lanza contra el director, que le espera maquinilla en mano; "¡Prepárate para un cabezazo, cabeza de serrín!", le grita Ranma-h. Y Akane le grita un pequeño detalle: "¡Lleva maquinillas! ¡Espero que tengas un plan, Ranma!"; y Ranma-h se da cuenta: "Un plan habría estado bien...", dice viendo su pelo en el suelo. "Aloha!", saluda el director y empuña las maquinillas...

Pero el efecto péndulo salva a Ranma-h. "¡Chincha, has fallado!", se burla, pero se estrella contra un poste. "¡En el próximo balanceo estarás calvo!", amenaza el director. Ranma-h ha cogido una caña entre sus pies y se dirige con ella a golpearlo: "¡No lo creo!". "Ahora verás que los Kuno son ¡poder crudo!", grita el director empuñando la maquinilla y haciendo trizas la caña. "¡Ranma Saotome, necio!", dice Kuno despertando, "Con ese movimiento utiliza la espada del adversario para llegar a su pelo sin que se entere."; el director ríe satisfecho: "Si el palo te parece pelado, ¡mira tu pelo!".

Pero Ranma-h tiene el pelo intacto... porque está boca abajo: "Sólo funciona si mi cabeza está donde tú crees que va a estar.", y le da la patada definitiva. El director cae ante la alegría de todos. "El coco, por favor.", pide Ranma-h; "No habrá corte tazón ni rapados.", exige Akane. El director llora: "Perdón, me había equivocado."; todos le piden que cese su llanto y el director sonríe alegre: "¡Entonces, me perdonáis!".

Al día siguiente, en el salón de actos, el director muestra su nuevo regalo: "¡Nuevos cortes de pelo!", y enseña el diagrama: los chicos de samurai y las chicas de geisha. El director acaba como una momia pero insiste sobre Kuno: "Vamos, tú sólo, chaval."; "¡Aléjate de mí, demente!", le dice su hijo.

Capítulo 11. ¡Te haré llegar tarde!

Número 4.
Sobre el Furinkan vuela un globo con un cartel que anuncia algo: "Semana de castigo a los estudiantes impuntuales."; todos se preguntan que significa. Un periscopio aparece en la entrada y cuando el reloj marca en punto la hora de entrada... el director sale del suelo: "¡Ha sonado la campana! Los impuntuales ya no entráis.", dice sonriente. Pero Ranma-h cae sobre él: "¡Por los pelos!", dice; y se revuelve con la impresión de haber pisado algo; "¡Nada, nada!", le dicen el resto de compañeros. "¡Maldito seas, Ranma Saotome!", murmura el director al levantarse.

En la charla convocada en el gimnasio, el director anuncia las nuevas sanciones: "Quien llegue tarde esta semana será recompensado con la limpieza de los servicios.". A la mañana siguiente, Ranma-h y Akane van hacia la escuela; Akane le mete prisa, pero Ranma-h no está preocupado hasta que nota algo tras él. Una piña cae cerca y explota; al saltar, Ranma-h pisa una hoja de periódico sobre el suelo y éste se hunde bajo sus pies. El director pasa sobre él en monopatín: "Hey, boy! No quisiera que llegaras tarde.", dice con ironía. Ranma-h sale corriendo tras él, caminando sobre la valla; al alcanzarle el director le dice algo: "¡Sé cómo vas a clase!"; "¿Y de qué te servirá?", responde Ranma-h, y acto seguido se da de morros contra un cartel. "Imaginativo, ¿no?", le dice el director; "Prepárate a fregar porcelana el resto de la semana.".

"Quiere retrasarte.", le dice Akane. Ranma-h se levanta con nuevos ímpetus y salta sobre el director, pero entonces llega Happosai, huyendo del grupo de chicas habitual, y empuja a Ranma-h al canal. El director ríe satisfecho mientras se aleja, y Ranma-m trata de subir a donde está Akane. Pero Kuno llega por los aires: "¡Por fin! ¡La chica de la coleta! ¡Sal conmigo!", grita abrazando a Ranma-m; "¿Quieres tú también fregar los lavabos?", le pregunta Ranma-m, y Kuno ve cumplido su sueño: "¡Una semana en los servicios con mi amor verdadero! ¡Como una luna de miel!". Y Ranma-m le da una patada.

El panda aparece corriendo por la valla tras Ranma-h; "¡Eh, Ranma! Olvidaste el bocadillo.", pone en un cartel, pero Ranma-h está de espaldas y corriendo. "¡Estoy hablando contigo!", vuelve a poner en otro cartel, pero Ranma-h no lo ve. "Al menos contéstame, ¡estúpido.", y golpea a Ranma-h con ese cartel. Padre e hijo empiezan a pelearse a cartelazos, y Akane desespera: "¿Podéis dejarlo para después de clase?".

"¡Sólo quedan tres minutos!", dice Akane; "¡Sobra!", proclama Ranma-h. Pero el director les espera en la puerta y les cierra el paso, pero Ranma-h le da una patada en la cara y él y Akane consiguen entrar. Pero Shampoo aterriza con su bicicleta sobre Ranma-h y lo saca del Furinkan: "¡Nihao, Ranma! ¡Ranma sale con Shampoo!"; pero Akane interviene y lanza a Shampoo por los aires. Al tratar de volver el director ya ha cerrado la puerta: "No vale si no estáis dentro.", ríe. Todos protestan diciendo que la campana aún no ha sonado, pero el director ya les arroja unas mopas. Ranma-h salta con una de ellas e inicia una pelea con el director, que parece ganar... pero Ranma-h tumba la puerta y todos entran mientras la campana suena. "¿Quién dijiste que ganaba?", le dice Ranma-h, aún en el aire; "No se acaba hasta que la campana gorda suena."; y Ranma-h se apoya sobre el director para entrar, sacándolo a él fuera. "¡Tarde! ¡El director llega tarde!".

En la puerta de los servicios, varios alumnos impacientes preguntan al director: "¿Cuánto tiempo va a estar limpiándolos?"; "Nadie entrará hasta que termine.", ríe el director.

Capítulo 12. El jabón de la felicidad.

Número 4.
Ryoga observa a su alrededor; "Una vez más estoy aquí, en la ciudad que alberga a mi amada Akane.", piensa, "Pero, ¿soy feliz siendo sólo su mascota?"; "Ni hablar", escribe con el dedo en un muro; "¡Soy un hombre! ¿Y cómo hacer que Akane conozca mis sentimientos?". Y entonces oye una voz: "Escríbele una carta de amor con tinta verde."; son dos colegialas que pasan por su lado; "Dicen que la gente no puede evitar enamorarse si usas tinta verde.". "Una superstición.", piensa Ryoga, pero se acerca a una tienda y pide algo: "Tinta verde.".

En los baños públicos Genma recrimina a Ranma-h el que haya roto la bañera; entonces Ranma-h oye un gruñido familiar y ve a P-Chan, con una carta en la boca, perseguido por unos niños. Ranma-h lanza una pastilla de jabón al cerdito, el cual resbala y cae al agua caliente, mientras Ranma-h coge la carta, cuyo destino es... Akane Tendo. "¡Devuélvemela!", grita Ryoga dando un codazo a Ranma-h, pero éste se la vuelve a arrebatar, la abre y empieza a leer: "Mi querida Akane, siempre he estado locamente..."; Ryoga vuelve a sacudirle, y así inician una pelea.

Al otro lado del muro, Akane escucha el ruido de la pelea; "¡Qué ruidosos son los hombres!", piensa. Entoces escucha un maullido, y al volverse ve a Shampoo-gato, la cual se echa un cubo de agua caliente y aparece con su cuerpazo. "Shampoo no volverá a ser gato. A partir de ahora, Ranma pertenece a Shampoo.", le dice a Akane, la cual la mira enfadada. Shampoo le muestra una pastilla de jabón y le explica algo: "Es jabón a prueba de agua. Si te lavas con esto, te empapas pero no cambias."; Akane queda sorprendida; "Shampoo no será gata, y así Ranma no odiará a Shampoo.", dice mientras aprieta la pastilla, y tanto la aprieta que se le resbala y va a parar al otro lado del muro. "Eres un poco idiota.", le dice Akane.

En el otro lado, Ranma-h aún pica a Ryoga con la carta en la mano, hasta que pisa la pastilla de jabón de Shampoo, la cual sale impulsada a la mano de Ryoga. Ryoga mira con menosprecio a Ranma-h. Al otro lado, Shampoo se echa agua fría mientras dice: "Shampoo debe tener jabón.", pero Akane le hace notar un detalle, aunque un poco tarde: "¡Shampoo! Ahí está Ranma, y tu vas como...", y el grito de terror de Ranma-h se escucha en todos los baños.

De regreso a casa de los Tendo, Genma le da a Akane la carta que se ha encontrado en los baños; Ranma-h recien recuperado de su KO la toma: "Que payaso. Ni se acordaba.", y la comienza a leer: "Mi querida Akane, siempre he...". "¡Devuélvemela!", grita Akane, y Ryoga entra y le da un golpe a Ranma-h; "He tolerado tu interferencia demasiado tiempo. No volverás a meter más la nariz en mis asuntos.", le dice a Ranma-h, mirándolo con odio; "Pero se la ibas a dar a ella.", le dice Ranma-h, y Akane se sorprende: "¿Esa carta es tuya, Ryoga?". El muchacho se lanza sobre Ranma-h, pidiendo que se la devuelva, pero Ranma-h lo esquiva y Ryoga tropieza, yendo directo... ¡al estanque!. Pero Ranma-h llega a tiempo y lo sostiene para que no caiga; "¿Y si me das las gracias?", dice con sorna.

Pero la piedra sobre la que se apoya cede, y ambos caen al agua. Ryoga se sume en la mayor desesperación: "¡Me convertiré en cerdo delante de Akane! ¡Todo mi amor para nada!". Y ambos se sumergen ante la mirada atónita de Akane. Y del estanque... salen Ryoga y Ranma-m con cara de incredulidad; Ryoga golpea a Ranma-m; "No me ha dolido; es un sueño.", dice. Ranma-m le da con una piedra: "¿Has notado que estás empapado?"; pero Ryoga no se transforma. Ryoga no cabe en sí de felicidad:"¡Es verdad! ¡No es un sueño! ¡No volveré a ser un cerdo!". Y mira a Ranma-m, que aún le palpa incrédula; "Soy superior a Ranma.".

Ryoga se despide: "Querida Akane, lee esa carta para conocer mis sentimientos. ¡Volveré!". Ranma-m aún no se lo cree: "No ha cambiado. ¿Cómo? ¿Cómo?", grita enrabietada. Shampoo, tras el muro, sabe lo que ha pasado: "Chico malo usó jabón de Shampoo.", piensa. Y Akane trata de leer la carta pero no puede: "La tinta está demasiado mojada para entenderla.".

Escenas inolvidables: La cara de sorpresa de Ryoga y Ranma-m cuando se mojan y no se transforma en P-Chan es inolvidable.

Capítulo 13. Cupidos, retirad vuestros arcos.

Número 4.
Ryoga espera en la calle con un ramo de flores; "Akane volverá pronto desde la escuela. Ya que no cambio con el agua fría, ha llegado el momento.", y se imagina la escena: "Akane, ¿quieres salir conmigo?". Ryoga se emociona y comienza a derruir unos cuantos muros; "¡Por favor, sal conmigo!", empieza a gritar, moviendo el ramo de un sitio a otro... hasta que una ancianita se lo coge con rubor. Un cubo de agua fría cae sobre él; "Atiza. Realmente te has curado.", le dice Ranma-h desde un muro; "Cuéntamelo. ¿Cómo lo has hecho?", le pregunta exhibiendo la mejor de sus sonrisas; Ryoga le contesta lo que sabe: "Ocurrió, sin más."; "Puedes contármelo. Somos amigos.", dice Ranma-h palmeándole la espalda; "Te lo pido de rodillas.", dice posándose sobre su cabeza. Y Ryoga lo manda por los aires.

"No tengo tiempo que perder.", dice, y grita en alto: "¡Oh, Akane! ¡Ojalá estuvieras aquí!". "¿Querías algo?", dice la voz cantarina de Akane tras él, y Ryoga casi se queda en el sitio; luego reflexiona: "Ya no debo tener miedo. No soy un cobarde."; y le habla: "Akane...". "¿Sí?", contesta ella sonriendo dulcemente mientras la brisa remueve sus cabellos... y a Ryoga casi le da un pasmo. Empieza a tartamudear y a escribir cosas con el dedo en los muros: "Yo... quieres... sa... sa...?". En un tejado cercano, Shampoo le cuenta a Ranma-h lo del jabón; "Entonces lo perdiste en manos de Ryoga.", concluye Ranma-h, que mira la extraña escena: Ryoga gesticulando sin ser capaz de decir nada y Akane mirando alucinada. Hasta que el chico estalla: "¡Arghhh! ¡No puede decirlo!", grita por un megáfono, y sale corriendo sin poder aguantar el llanto, ante la mirada extrañada de Akane.

Sobre un montón de tubos, Ryoga solloza. Siente algo detrás y lo coge al vuelo: una flecha con carta. Unas voces se oyen: "Podemos ayudarte a conseguir el amor que quieres."; y Shampoo y Ranma-m caen sobre Ryoga en una bicicleta, difrazadas de colegialas: "Las hermanas Cupido ya están aquí. Somos compañeras de Akane."; "Yo soy Cu.", dice Ranma-m; "Y yo Pido.", dice Shampoo. Y Ryoga ni se entera. Así le dicen que la carta es de Akane, y Ryoga saca de la misma una entrada para una casa de baños y llora de la emoción. Las Cupido se despiden diciendo que lea el resto de la carta; al alejarse, Ranma-m se jacta de que son unos genios del disfraz.

"Te esperaré en los baños masculinos, tu Akane. PD: no olvides tus complementos de baño.", dice la carta. Ryoga, ruborizado, espera en la bañera de agua caliente; "Akane tiene más valor del que pensaba.", se dice. De repente, una larga pierna sale del agua, asustando a Ryoga, hasta que sale Shampoo: "Yo Pido.", le saluda; y tras él sale Ranma-m: "Su hermana Cu también está aquí. Deja que te frote la espalda.". Ryoga está sorprendido de ver a dos chicas en los baños masculinos (igual que el resto de hombres), pero las deja hacer. Ranma-m coge su cubilete de los accesorios de baño y ve el jabón. Así, le da un golpe a Ryoga y huye con la pastilla, pero Shampoo le lanza otros jabones, con lo que Ranma-m tropieza y el jabón le cae a Shampoo. Ambas se persiguen una a otra, hasta que Soun y Genma, también presentes, se echan un cubo de agua fría, la cual alcanza a Shampoo, y Ranma-m huye despavorida de Shampoo-gato.

Ranma-m y Shampoo-gato van a parar a la piscina cubierta de agua caliente, donde Nabiki y Akane los miran con curiosidad. Al caer a la piscina y volver a su forma normal, Akane salta sobre Ranma-h: "¿Qué estáis haciendo?", les grita. Ranma-h se sorprende: "¿Qué haces aquí?"; y le da un consejo sorprendente: "No te acerques al baño de los hombres."; "¿Y por qué iba a hacerlo?", le responde Akane a la vez que le da un puñetazo. En el lado masculino, Ryoga empieza a impacientarse; "Puede que haya cambiado de idea.", piensa. Genma le agradece entonces que le haya dejado usar el jabón, y se echa un cubo de agua fría... pero no se transforma ante la sorpresa de Soun y del propio Ryoga; y vuelve a intentarlo más veces, pero no lo consigue. Ryoga se da cuenta: "¡El jabón! ¡Nunca lo soltaré!", y ríe feliz. Ranma-h lo observa con disgusto: "¡Rayos! Bueno, no dejaré que me detenga.".

Escenas inolvidables: La "declaración" de Ryoga a Akane. Que inseguro que es este chico.

Capítulo 14. No me sigas.

Número 5.
El centro de ocio y salud, donde las maquinaciones se cuecen en el agua caliente... Ryoga contempla entusiasmado el jabón; "Nadie lo tocará más que yo. Y menos que nadie Ranma.", y Ranma-h le planta un angelito de piedra en la cabeza y sale corriendo con el jabón. Empieza a lavarse satisfecho y se echa un cubo de agua fría... y se queda de piedra al ver su cuerpo femenino, como el resto de hombres. Ryoga ríe: "¿De verdad crees que me lo ibas a quitar tan fácilmente?"; Shampoo aterriza con su bici sobre él y saluda: "Yo, Pido."; Ranma-m se viste con el uniforme de colegiala y Ryoga vuelve a picar: "Tu hermana Cu.". Ambas chicas inician un número musical: "Antes era un amor único. Ahora es una tragedia de amor perdido. Nosotras venimos para reuniros, las salvadoras del amor, las hermanas Cupido."; la gente aplaude y Ryoga llora de la emoción. Shampoo le da una nota: "Éste es el nuevo punto de cita."; Ranma-m se la lleva a un lado: "No llamaste a Akane, ¿verdad?"; "Claro que sí.", responde Shampoo.

Akane espera leyendo la nota: "Vienes a la fuente de agua. ¿Vale?"; está bastante intrigada, hasta que Ryoga llega y le llama; "Gr-gracias por pe-pedirme salir...", dice ruborizado; Akane extrañada vuelve a leer la nota: "Vienes a la fuente de agua. ¿Vale? ¿Vale? ¿Vale?"; y distingue a alguien en esa forma de escribir: "¡Shampoo! ¿Qué pretende ahora?". En ese momento un calamar a cuerda (!!) aparece y se echa sobre Ryoga, manchándolo de tinta. Ranma-m y Shampoo se abalanzan sobre él: "¡No puedes ver a Akane así!", y se lo llevan a la fuente; con agua no sale la tinta, así que Ryoga saca el jabón y al momento ambas chicas le dan un golpe y se lanzan sobre el jabón.

"¡Shampoo, Ranma! ¡Qué hacéis!", les grita Akane, y Ryoga reacciona: "¿Shampoo, Ranma?"; ambas chicas se despojan del uniforme. Ryoga habla convencido: "No me volveréis a engañar."; y Akane dice algo: "Ryoga, ¡bésame tonto!"; Ryoga casi estalla, pero es Shampoo que, tras Akane, imita su voz; "Cierra los ojos.", le pide; Ryoga los cierra y Ranma-m le golpea y lo tumba. Akane lanza por los aires primero a Shampoo y luego a Ranma-m y se lanza preocupada sobre Ryoga. "¡Deja de entrometerte!", le dice Ranma-m; Akane le replica: "Estáis compinchados. Tratáis de liarme con Ryoga para salir vosotros."; y Shampoo aprovecha la oportunidad: "¡Es muy verdad!", le grita con un megáfono. Akane queda impactada: "Lo esperaba de Shampoo, pero ¿Ranma también jugando a sus estúpidos juegos?", y se despide de Ranma-m con un martillazo en la cabeza, arrastrando a Ryoga.

En una cafetería, Akane chupa malhumorada de una pajita mientras Ryoga sigue inconsciente; Akane le da con un martillito de juguete y Ryoga despierta sorprendido. Cuando se hace con la situación apenas puede reprimirse: "¿Puede ser que nuestra cita ya haya comenzado?"; "Eh, pues, sí.", dice Akane no muy convencida. Ryoga suspira y llora de emoción: "¿Dónde quieres ir? ¿A Hokkaido, a Shikoku, a Kyushu?"; "¿A un sitio más cercano?", propone Akane, y Ryoga decide ir al cine. Pero con su sentido de la orientación acaban en la casa encantada; Ryoga no para de preguntarse dónde está el cine, mientras Ranma-h y Shampoo lo observan desde un escondite y planean algo.

Akane se acerca a una pared con esqueleto... y casi se muere cuando éste se le echa encima; en realidad es una puerta giratoria y en la parte de dentro Ranma-h la coge y le tapa la boca. Ryoga llama a Akane al no verla y entonces... unas manos empiezan a palparle el cuerpo; al muchacho le empieza a latir fuerte el corazón mientras Shampoo sigue registrando y preguntándose dónde está el jabón. Mientras, Ranma-h y Akane ya están discutiendo; "Lamento haber interrumpido tu divertida cita."; "Es muy divertida.", replica Akane. Mientras, Ryoga se pone cada vez más colorado al seguir notando como "Akane" le manosea todo el cuerpo; "Akane es tan... tan... tan agresiva, tan osada. Si no respondo no soy hombre."; y se abalanza sobre Shampoo, la cual saca un globo gigante y se lo encasqueta a Ryoga para que lo abrace.

"No me importas nada.", le sigue diciendo Ranma-h a Akane; "Entonces, ¡no me sigas!", grita ella dándole con la puerta giratoria. Sale y recoge a Ryoga, que aún está abrazado al globo. Shampoo se maldice por no haber encontrado el jabón mientras Ranma-h le dice a Akane que deje a Ryoga.

Escenas inolvidables: Shampoo palpando a Ryoga por todas partes, y él sin poder creer que "Akane" sea tan atrevida.

Capítulo 15. ¿A quién amas?

Número 5.
Ranma-h y Shampoo buscan por todo el parque a Ryoga y Akane; "¿A quién se le ocurrió este estúpido plan?", dice Shampoo; "A ti.", contesta Ranma-h. Akane y Ryoga caminan mientras comen un helado; "¿A dónde quieres ir?", le pregunta ella; Ryoga piensa en un sitio solitario y tranquilo para ambos y se decide: "¡Al mar!", y alquila una bicicleta mientras Akane le pregunta si piensa ir desde allí. Y llegan... a la piscina cubierta que está a rebosar; "¡Se me olvidó que hay más gente en el mar!", dice Ryoga, mientras Akane trata de decirle dónde están. Ryoga nota algo tras él y se vuelve a tiempo de parar la bicicleta que carga a Shampoo y Ranma-h; "Intentando estropearme la cita.", dice.

Pero Shampoo vuelve diciéndole que le devuelva el jabón, y Akane mira extrañada a Ryoga; "Basta de tonterías", dice él, "¿Para que quiere una persona normal como yo un jabón como ese?". Y Ranma-h comienza a registrarle todo el cuerpo; "¿Qué estáis haciendo?", grita Ryoga dando una patada a Ranma-h, y el jabón sale de su pantalón. Shampoo y Ranma-h saltan hacia él... pero Ryoga es más rápido y los moja, haciendo que Ranma-m salga despavorida con Shampoo-gato pegada a ella. Pero Akane está intrigada: "Ryoga, ¿por qué tienes ese jabón?"; y Ranma-h aparece tras él: "Es que en realidad es P...", y Ryoga se lo quita de encima y continúa con su propuesta: "Como decía, vamos... ¡a las montañas!".

Pero Ryoga acaba sobre el techo de un tiovivo con la bici y no para de comentar siempre lo mismo: "Rayos, parece que no avanzo."; Akane está pensando: "Así que era el jabón. Esta cita era sólo para conseguir el jabón. Maldito Ranma...". Y Ryoga piensa: "A este ritmo me alcanzarán antes de llegar a las montañas. Así que ahora que puedo...", y se vuelve hacia Akane ante la sorpresa de ella: "Akane, yo... yo... yo...", pero una patada no le deja seguir; "Basta de juegos, Ryoga.", pide Ranma-h. "Esta es mi cita con Akane. ¡Déjala en paz!", le replica Ryoga; Ranma-h trata de explicarse: "Sólo quiero el jabón."; y Ryoga se enfurece: "¿Me estás diciendo que ese jabón te importa más que Akane? ¡No lo toleraré!", y empieza a atacar a Ranma-h. Ambos se alejan peleando.

Akane los mira con cara de muy enfadada: "¡Ranma, cretino! ¡Ya sé lo que te importo!". Y entonces dos dedos presionan a cada lado de su cabeza, haciendo que Akane se desmaye; Shampoo sonríe satisfecha: "Shampoo hace acupresión de control remoto. Ahora haces lo que dice Shampoo.". Ryoga y Ranma-h siguen su persecución sobre un carricoche de la montaña rusa, hasta que ven una figura familiar en los raíles; "¡Akane!", gritan ambos; Ranma-h es más rápido y se apoya en Ryoga para rescatarla. Todos caen al suelo; "¡Cielos, Akane! ¿Qué hacías ahí?", le pregunta, pero Akane tiene la mirada perdida y lo aparta de un manotazo; se dirige a Ryoga, tumbado en el suelo, y le abraza: "Ohhh, Ryoga...". Ranma-h casi se muere y Ryoga también, aunque por un motivo opuesto.

Shampoo observa la escena de lejos; Akane sigue haciendo de marioneta: "¿Podrías darme el jaboncito?", le dice a Ryoga, y éste se lo da sin rechistar. Ranma-h tiembla de rabia: "Akane idiota. Haces esto sólo para torturarme.", piensa; Akane mira el jabón y Shampoo pasa con la bicicleta quitándoselo; Ranma-h se vuelve y grita: "Bueno, estoy harto de...", y se encuentra con el jabón en la boca ante la desesperación de Shampoo: "¿Por qué te tragas jabón?"; "¡Agage, igioga!", se despide Ranma-h. Mientras, Akane ha despertado de su hipnosis y se pregunta qué ha hecho; a su lado, Ryoga, de rodillas, aún no se lo cree: "¿Qué importa ya el jabón?".

Escenas inolvidables: La cara de Akane cuando se da cuenta de que Ranma-h prefiere el jabón a ella. Y la cara de Ranma-h cuando Akane abraza a Ryoga.

Capítulo 16. Cambio de amor.

Número 5.
Ranma-h aún está enfurecido por el abrazo de Akane a Ryoga; se echa un cubo de agua fría por encima y se disfraza y maquilla: "Ya verás cuando la novia de Ryoga venga de visita.". Pero Shampoo le sacude por detrás diciendo que debe escupir el jabón, y Akane y Ryoga, aún en estado catatónico, aterrizan con la bici sobre ella. "Madura un poco, Ranma. Esta cita fue obra tuya."; "¿Y por eso le abrazaste?", le pregunta; y Akane se sorprende: "¿Cuando he...?", y se calla al sentir la mano de Ryoga sobre su hombro. "Gracias, Akane. Tu abrazo apasionado exprimió el temor de mi tímido corazón para siempre."; Akane no se explica lo que pasa, pero grita asustada cuando Ryoga la coge en brazos; "Desde hoy en adelante, ¡soy un hombre!", dice él.

Ranma-m aguanta la rabia como puede, mientras Shampoo comenta que son una buena pareja. Ranma-m actúa como puede; "Me alegro por ellos.", dice; las miradas de Akane y Ryoga son de sorpresa; "¿En serio?", pregunta él; "¡Pegáis mucho juntos!", vuelve a insistir. Ryoga suspira de admiración: "Ranma, eres ¡un buen hombre!", y la manda de un puñetazo por los aires. Acto seguido sale corriendo con Akane, mientras Shampoo se despide deseándoles felicidad. Ambos llegan al Aqua Aventura, una pirámide sobre agua formada con gruesos troncos; arriba del todo, Ryoga deja a Akane; "¡Estamos solos!", grita Ryoga feliz y se abalanza sobre Akane; ésta consigue apartarse a tiempo para ver horrorizada como Ryoga estruja el gigantesco tronco que había tras ella.

"¡Pu... pudo matarme!", piensa con terror y emprende la huída, pero Ryoga es implacable: "¡No tienes que seguir huyendo!", grita aprisionándola contra otro tronco que se resquebraja; ambos caen hacia el agua, pero Ryoga sigue feliz tratando de abrazar a Akane que grita de terror... pero Ranma-h llega a tiempo de salvarla mientras Ryoga cae al agua. "Ryoga fue un idiota por ahogarse por una tía como tú.", dice, y Akane le da un martillazo. Sobre el Aqua Aventura, Shampoo hace su aparicón y revela el secreto: "Bajo la acupresión de Shampoo abrazaste a Ryoga.", y se acerca a Ranma-h: "Ahora Ranma vomita jabón y final feliz."; "Yo te daré final feliz.", dice mojándola, y Ranma-h sale corriendo con Shampoo-gato pegada a la cara.

Akane se queda al borde del agua; "Así que el pobre Ryoga tuvo un malentendido...", piensa... y bota del susto cuando Ryoga sale como una exhalación de agua: "¡Akane!", le grita. Akane huye presa del terror mientras Ryoga la persigue tumbando todo a su paso; "¿Prometes escucharme?", consigue decirle, pero Ryoga no atiende a razones y se lanza sobre ella... con la suerte de que Ranma-h, aún con Shampoo en su cara, le da una patada y consigue más tiempo para Akane. Ryoga se deshace de ellos y se dirige hacia a Akane; "No me quedan más salidas.", piensa ella, y arranca un poste y le da con él a Ryoga: "¡Lo siento!". Ryoga se levanta riendo: "Te perdono."; Akane está desesperada y vuelve a darle más golpes, para acabar corriendo de nuevo delante de Ryoga. Ranma-h la alcanza en su carrera: "Da miedo lo que le pasa a un tipo solitario cuando recibe algo de afecto.", pero Akane llora de terror: "¡Haz algo, Ranma, o me matará antes de que pueda decirle la verdad!".

Ryoga llega a una cascada artificial, habiendo perdido la pista de Akane; se pregunta por qué huye y en su rabia golpea una roca y la destroza; un grito se escucha dentro de la cascada y Ryoga ve una figura femenina familiar; "Ryoga..., por favor..., abrázame suavemente.", le dice. Ryoga llora de emoción mientras la abraza con dulzura: "Todos estos días en el cuerpo de un cerdo. La dulce agonía de saber que, no importa lo cariñosamente que me abrazaras, nunca me querrías como a un hombre. Pero aquí y ahora... como hombre... tengo a Akane en mis brazos.", piensa. Pero Nabiki, en otro lugar del parque, ve, sorprendida, a su hermana con la ropa de Ranma-h; "Es una larga historia.", le dice.

Mientras, Ryoga vuelve a las andadas y estruja a su compañera, de la boca de la cual sale disparado un jabón ya conocido. Ryoga la mira asustado: "¿Akane?", y Ranma-m le sonríe: "¿También te ha gustado?", y Ryoga se queda de piedra. A Ranma-m le cae el jabón y salta alegre fuera de la cascada, pero Ryoga reacciona: "¡Ranma! ¡Muere!", y dirige su ataque hacia la chica... pero empieza a burbujear y desaparece entre sus ropas; Ranma-m mira el jabón: "Oh, tío; este jabón se quita con el agua.", concluye mientras P-Chan sale llorando de sus ropas de humano.

Todos se reúnen en el lugar que está Akane; "La novia de Ryoga tendrá que estar hecha de una pasta más dura que yo.", piensa ella. "Tuviste suerte de que ocupara el lugar de Akane.", comenta Ranma-m a P-Chan. Shampoo mira enfadada el jabón: "Una ya no se puede fiar de los pedidos de Jusenkyo.".

Escenas inolvidables: La persecución de Ryoga a Akane, completamente muerta de miedo.

Capítulo 17. La legendaria energibustión.

Número 6.
En las calles de Tokio se escuchar un grito familiar: "¡Ihhh! ¡Ladrón de bragas!". Un grupo de mujeres persigue a Happosai, que va con su saco de ropa interior a la espalda. Ranma-h, que come un buñuelo, ve la escena y lanza el dulce para que lo coja Happosai. Las mujeres aprovechan el descuido para coger al viejo y darle una paliza de espanto, mientras Ranma-h se retira sonriendo.

En casa de los Tendo, Happosai, lleno de chichones, entra furioso: "¡Ranma, dónde estás!"; Ranma-h lo mira irónico: "¿Sigues vivo?". Pero Happosai amenaza con la rabia saliéndole de las entrañas: "Por robarme mi momento de felicidad, lo pagarás caro. ¡Arderás en la energibustión!". Y se lanza sobre Ranma-h tratando de golpearle con la pipa, pero Ranma-h lo esquiva y ve como el pedazo de pescado sobre el que Happosai ha golpeado se carboniza. Y Happosai aprovecha su despiste para quemarle en la espalda; Ranma-h salta y grita por la quemazón y acaba tirando al viejo por los aires. Soun y Genma quedan intrigados al ver que el castigo de su malvado maestro es tan escaso.

A la mañana siguiente, Ranma-h y Akane corren hacia el Furinkan, y Kuno aparece con su reto habitual: "¡Ranma Saotome, prepárate!". Ranma-h le da la patada de buenos días y queda tras él; "¿Tienes que empezar tan temprano?", dice con hastío. Pero para su sorpresa Kuno se vuelve y le da un espadazo; "¿A eso le llamas patada? Apenas la noté.", le dice Kuno. Ranma-h le arrea otra diciendo que deje de hacerse el duro, pero Kuno ni se inmuta; "¡Pelea en serio!", le reclama mientras empieza a atacar con la espada. Ranma-h ha perdido la paciencia y le arrea una serie de puñetazos... para acabar KO sobre el pavimento.

Akane salta alarmada hacia él mientras Kuno no se lo puede creer; "He derrotado a Ranma Saotome...", piensa, "... lo que significa..." y se abraza a Akane: "¡Eres mía, Akane Tendo!"; Akane se libra de él de una patada y recrimina a Ranma-h: "¿Cómo has podido dejar que te venza?". Ranma-h está pleno de rabia: "¿Kuno... vencerme? ¡No puede ser!", y lanza un puñetazo hacia la pared... pero un niño se cruza en su trayectoria, recibiendo el impacto. Ranma-h grita de terror: "¡Ahhh! ¿Estás bien?"; "¡Claro que no, Ranma!", le dice Akane; y el chavalín, que ni lo ha notado, responde a Ranma-h: "¡Claro que no, tonto!", y le da un golpecito en la cabeza que tumba a Ranma-h.

En la consulta del doctor Tofu, el quiropáctico está intrigado por los síntomas: "¿Que se ha vuelto débil?". Y entonces se da cuenta: Ranma-h tiene en su espalda una marca a fuego que él reconoce. "¡La técnica legendaria que se supone desapareció hace un siglo! ¡La energibustión definitiva debilitadora!". El doctor explica que esa técnica reduce a cualquiera a la debilidad de un bebé. "Puede curarle, ¿verdad?", le pregunta Akane, pero el doctor no puede mentir: "No hay cura. La energibustión que la contrarresta, ya no existe.". Y Akane llega a la terrible

conclusión: "Entonces, ¿Ranma quedará débil para siempre?". Ranma-h cree caer en el mayor de los abismos, y sale corriendo de la consulta.

Mientras, por las calles de Tokio, Happosai reparte sobres con el membrete de "Buenas noticias". La carta llega, entre otros, a Kuno, al director y a Mousse-pato, que la leen con atención. Ranma-h encuentra a Happosai y le da una patada en la cabeza; "¿Se me ha posado un mosquito?", dice con ironía el viejo. Ranma-h ataca rabioso, pero el viejo lo esquiva: "¡Tonto Ranma! Mi auténtica venganza aún no ha empezado.". Mientras, Akane corre buscando a Ranma-h pero se encuentra a P-Chan leyendo una de las cartas de Happosai; coge a su mascota, y al leer la carta queda horrorizada; su mensaje: "¡Ranma está débil!". Happosai se lo dice a Ranma-h: "Cuando todos los que te odian sepan que estás débil, harán cola para vengarse."; Ranma-h se enrabieta más aún: "¡Para entonces te habré reducido a pulpa y te habré obligado a curarme!". Pero su ataque acaba con él en los suelos y Happosai burlándose; "Bueno, te dejaré escapar por esta vez.", murmura Ranma-h mientras Akane se consuela viendo que su carácter no ha cambiado.

Capítulo 18. El hombre más débil del mundo.

Número 6.
Happosai plancha su lencería tranquilamente, y entonces Akane irrumpe con un gran martillo de madera con intención de aplastar al viejo; "¡Dime la cura de la energibustión definitiva debilitadora!". Pasan entonces Soun y Kasumi y preguntan qué pasa, y al enterarse de lo de Ranma-h, el patriarca Tendo coge a Happosai del cuello y le aprieta con rabia: "¿Cómo te atreves a hacerle tal cosa al heredero del dojo Tendo?"; Kasumi le obliga a parar, y Soun exige al viejo que cure a Ranma-h. "¿Te has olvidado de quien soy? ¿En toda mi podrida vida he aprendido algo que sirviera para ayudar a alguien?", responde el viejo; "Entonces, la cura...", interroga Akane; "Ni idea.", responde el viejo, y Akane lo lanza a través del tejado.

En el gimnasio del Furinkan, Ranma-h yace atado y amordazado, maldiciendo a Akane y recordando sus palabras: "Hasta que encontremos una cura, quédate escondido.". Pero entonces llega Gosunkugi y desata a Ranma-h. Ranma-h se sorprende: "¿No eres de los que me odian?"; "¿Quién, yo? No, esperaré a que acaben los demás.", dice empujando a Ranma-h por una puerta. Una maquinilla de esquilar roza la punta de su trenza; Ranma-h trata de responder con una patada, pero el director sonrie satisfecho: "¡No me haces daño! Parecerás más mayor rapado."; pero unas cadenas rodean a Ranma-h antes de que el director pueda proseguir su ataque. Es Mousse, que ataca despiadadamente a Ranma-h mientras éste trata de esquivar sus golpes.

Para completarlo, llega Kuno y le asesta un espadazo; "Cobarde; difundir estas mentiras...", dice mostrando la carta; "¿Por qué no admites que perdiste limpiamente?". Ranma-h trata de responder, pero Kuno le da un mandoble, luego Mousse le da una patada; hasta Gosunkugi le pega con su pequeño martillo. Ranma-h está deseperado: "¡No tengo nada de fuerza!", piensa, y ve con terror como sus cuatro enemigos se abalanzan sobre él... pero antes de tocarle siquiera vuelan por los aires. Ranma-h, sorprendido, ve a Ryoga ante él. La idea cruza rápida por su mente: "¿Me reservas para ti solo?", le pregunta; pero la respuesta de Ryoga es otra: "No soporto a la gente que se mete con los débiles.". Ranma-h se pica: "¿A quién llamas débil?", le dice mientras le da un puñetazo en el vientre.

Pero Ryoga ni se inmuta, y Ranma-h nota que unas gotas caen sobre su puño. "¿Lágrimas?", piensa sorprendido. Ryoga llora mientras habla: "Antes tus puñetazos eran como relámpagos. Pero ahora... eres una sombra..."; Ranma-h empieza a palmearle la espalda: "Vamos, Ryoga; ¡soy yo quien debe llorar!". "¡Apártate de mí! No soporto verte así. ¡Evítame el dolor!", grita Ryoga, y lanza a Ranma-h por los aires con un puñetazo.

En la consulta del doctor Tofu, Akane ve una luz de esperanza. "¿Hay una cura?"; "Sí, según los viejos textos, hay un esquema que indica el punto de la energibustión definitiva debilitadora. Posiblemente tenga la cura."; Akane sale corriendo por las calles de Tokio buscando a Ranma-h. Mientras, Ukyo está limpiando la calle y deposita los desperdicios en su cubo de basura; se dispone a abrir "Ucchan's" pero se da cuenta que del cubo de basura asoma una trenza familiar; al tirar de ella saca a Ranma-h KO: "¿Ranma, cariño...?".

Ranma-h tiene una terrible pesadilla; "Nunca más volverás a ser fuerte.", le dicen sus enemigos; "¡Que alguien me quite esta energibustión!", grita él; "¡Quema! ¡Me quemo...!". Y entonces se despierta y ve que está sobre la plancha de "Ucchan's" y que se quema de verdad. "¿Despierto ya?", le pregunta Ukyo; "He oído los rumores. Tú tranquilo.", dice poniendo un okonomiyaki en la boca a Ranma-h, "Me ocuparé de todo."; Ranma-h ve un atisbo de esperanza: "¡Conoce la cura!", piensa. Pero los planes de Ukyo son muy distintos: "Me ocuparé de ti el resto de tu vida. Sólo tendrás que cuidar a los niños.", y se imagina la escena familiar, ella cocinando en el negocio y Ranma-h avasallado por uno de sus pequeños hijos. "¿De qué estás hablando?", le dice Ranma-h; "Estamos comprometidos.", le responde Ukyo, "Además, como eres tan flojo no podrás heredar el dojo Tendo y no importa tu compromiso con Akane.". Ranma-h replica: "Sólo me importa recuperar mi fuerza; no me importa el dojo Tendo y no me importa la estúpida de Akane."

"¿Ah, sí?", le dice Akane tras él; y a Ranma-h casi le da un patatús. "Vine a contarte que hay una cura, ¡pero ahora ya no te lo cuento!", y el golpe se escucha hasta fuera de "Ucchan's". Ranma-h, con un taburete encima de la cabeza, hace masajes a Akane: "Oh, Akane querida, deja que te haga un masaje."; "¡No te lo diré!", replica ella. "Parece que la fuerza no es lo único que has perdido.", piensa Ukyo.

Capítulo 19. ¿¡Débil para siempre!?

Número 6.
Mousse llora de emoción mientras abraza a Colonia: "¡Por fin lo hice! Vencí a Ranma y podrás ser mi esposa. ¡Di que sí!". Colonia, sorprendida, le responde: "Shampoo se ha ido a China."; Mousse se pone las gafas y al ver a Colonia dice: "¿Mamá mono?". Colonia lo deja KO con su bastón y examina una de las cartas: "Tenía mis dudas, pero parece que los rumores son ciertos...".

En un viejo templo, una voz murmura aterrada: "¿Una... una... cura... para... la energibustión definitiva debilitadora?", grita un viejo monje con la boca y los ojos muy abiertos. Ranma-h, Akane y Ukyo lo miran sorprendidos. Akane comenta que habían escuchado que allí podía estar; Ranma-h se acerca al monje: "Está aquí. ¿Verdad?". Pero de la nariz del monje sale una burbujita; Ranma-h se la revienta mientras le dice que se despierte. El monje, con la misma enorme boca y los mismos enormes ojos, le comunica la noticia: "Lamentablemente, ya no está aquí. Hace cien años entró un ladrón y lo robó.". Ranma-h tiembla de desesperación al ver desvanecerse su última posibilidad, pero el monje le da nuevas esperanzas: "Hay una manera. Mira esto; es una pista para localizar el esquema.", dice dándoles un pergamino.

Todos leen atentos: "Mi querido monje, espero ansiosamente nuestra próxima cita..."; el monje se ruboriza y les quita el pergamino; "No, eso es una carta de amor de mi juventud."; Ranma-h se encara a él y entonces les da el papel bueno: "¡El villano que robó el esquema! ¡Da miedo!". Y los tres se quedan flipados al ver a un joven Happosai en el retrato. "Eso significa, ¡que sólo tengo que quitárselo al viejo y volveré a ser fuerte!", dice Ranma-h optimista. "¿Por qué las cosas nunca son tan fáciles?", se pregunta Akane.

En casa de los Tendo, Kasumi está quemando la basura y le pregunta a Happosai si tiene algo que tirar; el viejo examina sus cosas y ve el deseado esquema, pero no tiene ni idea de lo que es. Hace un avioncito y lo lanza hacia la hoguera... pero Ranma-h lo coge al vuelo: "¡El esquema de la energibustión!"; pero el viejo le da un golpe con su pipa y recupera el esquema: "Ah, claro. Se me había olvidado.", dice con ironía; Ranma-h se lanza sobre él, pero Happosai lo esquiva y se burla de él: "¡Cógelo si puedes!". Ranma-h está decidido: "Lo recuperaré aunque gaste mi último gramo de fuerza."; y Happosai se aprovecha: "Entonces te combatiré con todo lo que tengo.", dice mientras desplega su enorme aura.

Akane y Ukyo protestan: "¡No es justo!". Pero el primer asalto ya ha dado con los huesos de Ranma-h en el suelo, ante el terror de las chicas. "No me rendiré.", dice él, y se echa agua fría por encima; Happosai se lanza hacia Ranma-m, la cual sostiene un martillo; "Ha picado.", piensa feliz, pero se queda paralizada al ver que no puede ni levantar el martillo. Happosai le toca por todas partes mientras ríe con lascivia: "¿No te importa?". Ranma-m trata de golpearlo, pero Happosai la estrella contra la pared de un nuevo golpe. "¡Ríndete, Ranma! El antaño gran Ranma... sólo te quedan tus encantos femeninos y ni siquiera puedes mantener a raya mis manos inquietas. No digamos coger el esquema."; Happosai se marcha riendo diabólicamente mientras Ranma-m se hunde definitivamente.

Akane se acerca a la cabizbaja Ranma-m y trata de animarla: "No te quedes hecho polvo. ¡Anímate!", dice dándole una palmada en la espalda, pero la debilitada Ranma-m se estrella contra la estatua del jardín. Kasumi, Ukyo y Akane miran como Ranma-m se levanta tambaleante; Akane le vuelve a gritar: "¡Estúpido! ¡Reacciona!". Pero la respuesta de Ranma-m la deja parada: "Déjalo. No quiero tu compasión."; "Ranma, cariño...", alcanza a decir Ukyo.

Esa noche, Akane sigue pensando en su cama: "Ranma, cretino. Sólo me preocupaba por ti. Sigue débil si quieres.". Pero a la mañana siguiente Kasumi anuncia alarmada la noticia: "¡Padre, Ranma y el señor Saotome se han ido.". Las tres hermanas y el padre contemplan el cuarto de invitados vacío; "Probablemente les resultaba violento quedarse.", dice Nabiki. Soun llora desesperado: "¡Todos mis sueños!". Akane tiembla de rabia: "¡No! ¡Él nunca haría eso! ¡Nunca se iría después de ser derrotado!". De camino al Furinkan, sigue pensando: "Cretino. Marcharte sin decir nada. ¿Te crees que estoy preocupada por ti? ... Pues no...", pero levanta los ojos llenos de lágrimas y mira al cielo: "¡Ranma, idiota! ¿A dónde has ido?".

Capítulo 20. El valle de la energibustión.

Número 7.
Akane camina por las montañas, con una gran mochila a la espalda. Recuerda su último día de clase, mientras pasaban lista; ni Ranma-h ni Ukyo estaban. Y en la puerta de "Ucchan's" un cartel indicando su traslado a las rocas Energa del valle Yomogi, capital de la energibustión. "Ya veo, debe estar con Ranma.", piensa; "Se marcha sin decírmelo y se lleva a Ukyo en mi lugar.".

En el valle Yomogi, todas las rocas desprenden humo. Ranma-h está bajo una de ellas, tratando de levantarla y quejándose, mientras su padre le recomienda fuerza y le recuerda las propiedades de las rocas: "Curan todos los males; especialmente, el lumbago de mono, los esguinces de oso, los dolores de parto del ciervo...". Ranma-h se incorpora con la roca en sus manos, hecho una furia: "¿Qué estás mascullando?", y Genma lo mira ansioso; pero Ranma-h tiembla y vuelve a hundirse bajo la roca. Ukyo los llama para la comida. Mientras comen, Genma llega a una conclusión: "Debemos concentrarnos en quitar el esquema al viejo."; Ukyo se sorprende: "¿No hemos venido aquí porque no podemos?". Genma da la respuesta: "Hay una forma. Sólo una.".

Ranma-h se encara a su padre, y le pide que se la diga; "Requiere una técnica muy difícil.", le dice Genma, y Ranma-h le dice que le da igual con tal de vencer al viejo. "De acuerdo; si estás tan decidido te transmitiré la maniobra definitiva de la escuela Saotome de artes marciales todo vale: la Flexión del Tigre Salvaje."; Ranma-h queda impresionado por el nombre. Ambos se ponen de rodillas y Genma empieza: "Las manos sobre el suelo, de frente al adversario...", y se agacha diciendo algo que deja de piedra a Ranma-h: "¡Perdón, perdón, perdón!". Se encara a su padre mientras éste se explica: "Recibe el nombre de un tigre que se cayó de un risco..."; "Tu técnica definitiva... ¿arrastrarte y suplicar?", le grita Ranma-h.

Pero una voz sorprende a todos: "Pareces desorientado, yerno.", dice Colonia; "Hay una técnica adecuada para tu estado de debilidad: el Dragón Volador Ascendente.". Genma habla con la bisabuela: "Es un nombre tan impresionante como la Flexión del Tigre Salvaje.". Ranma-h dice con ironía: "No vendrá de un dragón que cayó del cielo y rogó por su vida, ¿verdad?"; y Colonia se decide a hacer una demostración: "Todos, atacadme.", ordena; "Cuanto más fuerte es el adversario más destructivo es el Rayo Celestial del Dragón."; "¿Cuanto más fuerte...?", piensa Ranma-h mientras inician el ataque.

Akane, sudorosa y cansada, está a punto de llegar al valle Yomogi; dirige una vez más su pensamiento a Ranma-h, pero un ruido le hace levantar la mirada para ver, sorprendida, una inmensa explosión. Y justo ante ella cae Ranma-h; Akane se lanza alegre sobre él, pero antes de que le alcance, éste se levanta y grita maravillado: "¡El Dragón Volador Ascendente! ¡Asombroso!", y sale corriendo. Akane se queda paralizada: "¡Ranma! ¡Por favor, si ni me ha visto!".

En el valle Yomogi, Ukyo cuelga de una rama mientras Genma está plantado de cabeza. "Eso era un 20% del total.", asegura Colonia; "Entonces, si peleo con el viejo obtendré el 100%, ¿verdad?", dice Ranma-h. "¿Puedes hacerlo, yerno?", le pregunta; Ranma-h se muestra jactancioso: "¡Dame tres días!", asegura. Mientras, Akane y Ukyo se han encontrado; "¿Viniste por Ranma?", pregunta Ukyo; "En realidad, no.", dice Akane, pero interiormente se alegra de haber ido y comienza a realizar una de sus extrañas mixturas: "Voy a hacer un delicioso guisado fortalecedor.", piensa mientras va a por un cubo de agua.

Antes de que vuelva, el resto ya se ha aprestado a la cena y Genma le comenta a Ranma-h su acierto de escoger a Ukyo para acompañarlos. "Cierto, si comiéramos los platos de Akane, estarímos muertos y enterrados.", dice Ranma-h mientras ríe, y Ukyo lo dice: "Olvidé deciros... que ha venido Akane."; pero Genma y Ranma-h ya han sido mojados y transformados por Akane, que llora mientras dice "¡Y yo preocupada por vosotros.", y Ranma-m y el panda hacen tras ella la Flexión del Tigre Salvaje.

Escenas inolvidables: La "Flexión del Tigre Salvaje". Sólo a Genma Saotome se le ocurriría una técnica como esta.

Capítulo 21. Entrenamiento en la espiral del infierno.

Número 7.
Colonia somete a examen a Ranma-h. "¿Cuál es tu análisis del Rayo Celestial?", le pregunta; Ranma-h recuerda: "Lo único que hiciste fue eludir nuestros ataques; mientras creíamos que te arrinconábamos, tú nos llevabas a un punto concreto. Y entonces, con un golpe nos barriste."; Ranma-h traza con un palo en el suelo; "Los pasos del Rayo Celestial forman una espiral."; Colonia está asombrada: "¡Éste es mi yerno! Y sólo lo ha visto una vez."; Ranma-h sonríe satisfecho: "Estaré débil, pero no he perdido velocidad. Por la mañana lo habré dominado.". "¿Tan fácil será?", se pregunta Colonia incrédula.

En la tienda, Colonia habla con Genma, Akane y Ukyo para que le ayuden en el entrenamiento, pero se dirige en especial a Genma: "Para ello, aunque seas su padre debes abandonar tus sentimientos y convertirte en un ogro."; Genma tiembla asustado. Una vez fuera, con el trazo de la espiral, Colonia se lo recuerda a Ranma-h una vez más: "No importa cómo ataques. Sólo no te salgas de la espiral, cueste lo que cueste."; Ranma-h llena sus zapatillas de tiza para marcar las pisadas, y Colonia le advierte: "¡Este entrenamiento será riguroso!". Todos se aprestan para el ataque, pero Akane y Ukyo aún se preguntan qué clase de ataque va a hacer Genma.

Genma no aguanta las lágrimas mientras piensa: "Perdóname, Ranma. ¡Tu padre se ha convertido en un ogro!", y saca algo de su kimono... "¡Ranma, con siete años mojando la cama!", grita enseñando la foto de un pequeño Ranma-h llorando junto a una sábana mojada por su orina. Ranma-h se abalanza sobre él, pero Genma le esquiva, y la foto va a parar a las chicas, que ríen mientras Ranma-h se muere de vergüenza y va a cogerla. Pero Genma no ha acabado y saca otra foto: Ranma-h, desnudo, saliendo atropelladamente de un barril con agua al ver un gato; el pulgar de Genma tapa la parte más íntima. Se la enseña a Ukyo, que le pide que mueva los dedos; Ranma-h se lanza sobre ellos pero Genma lo lanza por los aires de un puñetazo; luego se la va a enseñar a Akane, pero ésta la rechaza ruborizada. Ranma-h consigue quitarle la foto a su padre.

Pero el golpe de bastón de Colonia no se hace esperar: "¡Necio! ¡Mira tus pisadas!". Efectivamente, las pisadas no forman para nada una espiral; "No debes avergonzarte ni enfurecerte. El secreto del Rayo Celestial es un corazón de hielo."; Ranma-h lo comprende finalmente: "De acuerdo. Aguantaré lo que me echen."; Genma se alegra y decide iniciar un nuevo ataque: "Este es Ranma hablando en sueños: '¡Akane, te quiero!'". Pero Ranma-h no puede aguantar y sale tras su padre gritando: "¡Es mentira! ¡Es mentira! ¡Es mentira! ¡Es mentira!", y Akane, harta ya, le da un codazo: "No hace falta que lo niegues tanto."; Ukyo también le ataca: "¿Con que la quieres a ella, teniéndome a mí?".

Desde un risco, Ryoga contempla la escena. "No sé para qué se entrena, pero no le servirá de nada.", piensa, y se da media vuelta buscando el camino de regreso. Hasta que se da cuenta: "¿Por dónde se va a la ciudad?".

Ya amanece y Ranma-h grita satisfecho: "¡Lo hice!". La espiral ya es perfecta, pero Colonia advierte que ahora viene lo difícil; cuando Ranma-h va a replicarle, le responde que no le preocupa él, y se encara a las chicas: "Vosotras, recoged y marcharos."; ambas replican que están bien, pero no es eso lo que le interesa a Colonia: "¿Serías capaz de atacar a Ranma sin contenerte? Y a ti te digo igual; ¿usarías el Rayo Celestial con estas chicas?". Ranma-h se da cuenta de que Colonia tiene razón; "Es inútil continuar si no encontramos un adversario que no se contenga.", insiste la bisabuela. Pero una voz salvadora replica: "No garantizo que no le mataré, pero si no te importa, seré tu adversario."; es Ryoga, sentado sobre una roca; Ranma-h llora agradecido: "¿Viniste por mí?"; Ryoga lo niega, y Akane piensa, con razón, que se ha vuelto a perder. Colonia sonríe: "¿Los cielos sonríen al yerno? Pero será con una sonrisa dura.".

Escenas inolvidables: El entrenamiento a base de fotos humillantes... ¡cuántos secretos guardaba Ranma-h!

Capítulo 22. El hombre inflamable.

Número 7.
Portada: sobre una isleta rodeada de agua caliente, con una espiral dibujada, Colonia le explica a Ranma-h que el siguiente paso es conseguir el cuerpo de hielo.
Ranma-h le pregunta sobre la especie de armadura que le ha hecho ponerse; "Eso es una ayuda para contener tu aura de batalla.", dice empujándolo al agua caliente. Al entrar en ella, la armadura se retuerce haciendo que Ranma-h tome una extraña y dolorosa posición. Una vez fuera, mientras aún tose, Colonia le explica que es metal de memoria y reacciona al calor: "Si escapa la menor chispa de tu aura, ya verás lo que te ocurre.". Y da paso a la pelea, recordando a Ryoga que no se debe contener; éste dice que piensa matarle, e inicia el ataque. Ranma-h sigue las instrucciones de Colonia y va esquivando los golpes de Ryoga y formando la espiral.

Akane y Ukyo están admiradas de ver la perfección de la espiral y de ver que la armadura sigue quieta. Ranma-h sigue evitando los ataques mientras piensa: "A este ritmo, este segundo paso lo tengo dominado.", pero algo los interrumpe. "¡Ryoga, idiota!", grita Colonia mientras le da con su bastón, "Te dije que no te contuvieras."; Ryoga protesta, pero Colonia se explica: "El Dragón usa el aura de batalla del contrario para ascender al cielo. Si el adversario no pelea en serio, esto es sólo una lección de baile en espiral."; Ryoga no se lo puede creer: "Estoy peleando en serio.", piensa. Ranma-h decide tomar la iniciativa.

"¡Idiota! ¡Pervertido! ¡Cerdo!", le dice mientras le golpea; Ryoga le mira sorprendido, mientras Ranma-h le pregunta si ya quiere pelear. "Apenas noto los golpes del debilitado Ranma.", piensa Ryoga; "Más bien, sus insultos son como ladridos de un perro asustado tras una valla."; Ranma-h le grita: "¡Venga, tío! ¡Ven a por mí en serio!". Pero Ryoga se rinde: "¡Perdóname, Ranma!", y golpea el suelo resquebrajando la isla y haciendo que Ranma-h caiga al agua caliente, luego activando la armadura; Ranma-h protesta como puede mientras Ryoga sigue hablando: "No sabía lo dulce y amable que debo ser. ¡Soy demasiado bueno para atacar al pobre Ranma debilitado!". Ryoga sale corriendo entre lágrimas, mientras Ranma-h ve como sus posibilidades se desvanecen.

Durante la cena, todo es pesimismo. "Para que el entrenamiento sea efectivo debe haber una gran cantidad de calor de aura de batalla.", explica Colonia; a Akane parece ocurrírsele algo. Mientras, Ranma-h está apartado recordando las palabras de Ryoga, y lo maldice; "Te ríes de mí, ¿verdad?", grita golpeando del suelo... para luego correr con su puño dolorido. Pero entonces unos brazos llenos de fuego le atacan; Ranma-h los esquiva sorprendido para ver que es Akane: "¡Entrenemos! Este fuego ocupará el lugar del aura de batalla.", le dice ilusa. Ranma-h le dice que no haga eso, pero Akane insiste y asesta un nuevo y fogoso puñetazo... y una llama prende del kimono. Akane sale corriendo y va a tirarse al agua, con el kimono ya medio quemado. "Te lo dije.", le recuerda Ranma-h.

Ya fuera del agua, Akane aún murmura que parecía buena idea; Ranma-h le da su camisa para que se tape y le grita: "¡Ahora quieres irte a casa, idiota?"; Akane protesta: "¡Qué! Vengo aquí a ayudarte..."; "¡Viniste a entrometerte!", le replica Ranma-h; "¡Siempre te entrometes!". Ambos callan. Akane habla con amargura: "¿Por qué...? ¿Porque no sé cocinar como Ukyo...? ¿Porque no soy fuerte como Ryoga...? ¿Es que sólo... te estorbo?"; las lágrimas comienzan a brotar; "Sé que estás pasando por un mal momento, Ranma... y supongo que no te sirvo para nada... Así que, si no me quieres...". Y al secarse las lágrimas, Ranma-h se da cuenta y pega un respigo. Akane sale corriendo y Ranma-h tras ella, diciendo que no es eso. Consigue alcanzarla y cogerla de los hombros, pero la fuerza de Akane le puede y le arrastra; pero consigue decir algo que sorprende a Akane: "Es sólo que yo no soporto que tú, precisamente, ¡me veas tan débil y patético!".

Akane para, quedando de rodillas; se seca las lágrimas y se vuelve dispuesta a contraatacar: "Así que cuando estás fuerte, ¿no eres débil y patético?"; Ranma-h se enfada: "¡Encima que me disculpo!"; "¡No he oído ninguna disculpa!", protesta Akane. Pero una voz enfurecida les interrumpe: "¡Ranma!", grita Ryoga; "Ropas desgarradas, lágrimas de una doncella... ¡incluso un necio vería lo que le has hecho!". Ranma-h y Akane se quedan con los ojos como platos. "¡Prepárate a morir!", grita Ryoga exhibiendo una enorme aura debido a la rabia.

Escenas inolvidables: Ranma-h arrastrado por Akane y confesando sus motivos para tenerla lejos; y lo que Ryoga piensa al verlos.

Capítulo 23. El rugido del cielo.

Número 8.
Ryoga está más que furioso: "¿Cómo puedes haber profanado tal inocencia?"; Ranma-h aún no tiene claro lo que pasa. Ryoga sigue hablando: "Perdóname, Akane. Si no le hubiera dejado sobrevivir a nuestro entrenamiento, nunca te habría mancillado así."; Akane insiste en que no ha pasado nada. Pero Ranma-h recuerda las palabras de Colonia: "A menos que Ryoga no se contenga...", y comienza el juego; se dirige a Akane: "Perdona, Akane... pero estabas ¡tan bonita! ¡No pude evitar el forzarte!"; "¡¿QUE?!", dice Akane. Y esto es demasiado para Ryoga.

Ranma-h insiste: "Bueno, a lo hecho pecho. No le daré importancia."; Akane le pega mientras insiste en que miente, pero Ryoga no puede detenerse: "¡Estás muerto!", grita mientras se abalanza sobre él. Ranma-h esquiva el puñetazo y comienza a moverse en espiral... pero Ryoga le alcanza con un tremendo puñetazo que le lanza contra la montaña, donde se estrella a mortal velocidad. Akane grita su nombre aterrorizada. Ryoga no se frena y coge al aturdido Ranma-h, lanzándolo de nuevo por los aires con un terrible gancho. Ranma-h logra caer de pie, pero recibe una tremenda patada de su oponente.

Akane grita desesperada: "¡No! ¡Lo matarás!". Ranma-h le grita: "¡No interfieras en mi entrenamiento!"; esto pica más a Ryoga: "¿Crees que esto es un entrenamiento?", le dice renovando los ataques. Colonia llega entonces y percibe como Ryoga no se está conteniendo; Akane le ruega:"Abuela, si no lo detienes, Ryoga lo va...", pero Colonia le corta diciendo que mire bien, y Akane se da cuenta de que Ranma-h y Ryoga están formando la espiral. En medio de la batalla, Ranma-h piensa: "Cinco pasos más hasta llegar al centro de la espiral...". Colonia sigue describiendo la situación: "Y una vez en el centro de la espiral, despertará al Dragón con un movimiento final...", y se da cuenta: "¡Oh, oh! Creo que debía haberle enseñado ese movimiento final.".

Akane grita a Ranma-h: "¡Ranma, huye!". Ranma-h se da cuenta de que no sabe qué debe hacer... y al ver caer sobre él el puñetazo definitivo de Ryoga, la cara se le desencaja del terror. "¡Se acabó!", grita Ryoga; Ranma-h cae con un grito y un movimiento reflejo...

Y de repente estalla una claridad cegadora y un enorme torbellino de aire se desata. Colonia y Akane se protegen como pueden. Desde el campamento, el panda y Ukyo ven el tornado y algo viniendo por los aires. Y Ryoga cae, con sus vestidos hechos harapos, sobre el campamento ante la sorpresa de ambos.

Ranma-h está inmóvil, con el brazo alzado, sobre el cráter que se ha formado. "¿Eso fue el Rayo Celestial?", dice Akane atónita; "Parece que lo aprendió solo.", comenta orgullosa Colonia.

Escenas inolvidables: Ranma-h confirmando las sospechas de Ryoga ante la atónita Akane; y el enfado de Ryoga... !bestial!

Capítulo 24. La gran revancha.

Número 8.
"Tanto frío...", piensa Ryoga; "Un muro gélido viene hacia mí..."; y un grito de terror. Ukyo lo observa mientras duerme; "Debe tener una pesadilla. Pobrecillo.", y le da un martillazo para dejarlo bien dormido. Ukyo sale fuera, donde Ranma-h yace en el suelo inconsciente, mientras Akane lo cura, y pregunta a Colonia qué ha pasado. Genma está un tanto asustado por la demostración de poder del Rayo Celestial.

"El secreto es únicamente un choque de temperaturas.", comenta Colonia; "Al conducir a tu adversario en movimiento circular, se crea una espiral de aura de batalla calentada. En cuanto contacta con el puro frío, la colisión de fuerzas frías y calientes hacen que el aura caliente ascienda en el aire, y como en la estela de un dragón ascendiendo, se forma un tornado. Por eso se necesitaba que el aura de Ryoga fuera caliente."; "¿Y por qué necesitaba Ran-chan el cuerpo y el alma helados?", pregunta Ukyo. "El movimiento final es el puño helado. Como el gancho de un sacacorchos envió un golpe helado en la espiral caliente, engendrando el Rayo Celestial. Y nunca le enseñé ese movimiento final; ¡qué gran luchador!". Akane se da cuenta entonces: "¡Ranma se ha ido!".

Ranma-h está en la tienda junto al inconsciente Ryoga, pensando: "Es asombroso lo que puede hacer uno en una situación de vida o muerte.". Empieza a hablar a Ryoga: "Inventarme ese golpe final fue muy brillante. El aura de batalla gélida y mis huesos congelados con la sensación de la muerte me permitieron hacerlo."; Ranma-h comienza a llorar de agradecimiento: "Es gracias a ti que he conseguido dominar el Rayo Celestial. Gracias, Ryoga."; Akane, Colonia y Ukyo, que están mirando, están conmovidas, hasta que Ranma-h cubre a Ryoga de flores y le dice: "Y ahora descansa en paz, ¿vale?".

Pero la mano de Ryoga se alza y coge a Ranma-h de la garganta. "¡Sólo bromeaba!", se excusa; "¿Bromeabas? ¿Me dices que forzaste a Akane en broma? El día que descanse en paz, ¡será el día en que te envíe al infierno!", dice dándole un puñetazo. Ukyo, que lo ha oído, se gira hacia Akane con cara de pocos amigos: "¿A qué se refería Ryoga? Mi pobre Ran-chan debilitado no hubiera podido forzar a una marimacho como tú, ¡así que debiste seducirle!", y ataca a Akane. Ranma-h regresa justo para decirlo: "Sí, como si una tipa así me pudiera seducir."; Akane le propina un buen golpe, Ryoga le da otro en castigo por su comentario hacia Akane... Colonia y Genma observan la familiar escena mientras comentan que deben volver a la ciudad para quitarle el esquema a Happosai. Ukyo y Akane se cargan las mochilas dispuestas y todos se van mientras Ryoga está a punto de aplastar a Ranma-h con una enorme piedra; "¡Ahora morirás!", le grita. "¡Esperadme!", pide Ranma-h entre lloros, mientras el resto del grupo le apremia.

Por las calles de Tokio, Happosai va con su saco de ropa interior a la espalda perseguido por el habitual grupo de féminas. Pero Happosai está triste: "¿Qué pasa que estoy tan vacío, no importa lo que haga? Es Ranma... ¿por qué me abandonaste, para convertirte en una estrella del cielo nocturno?". Y Ranma-h aparece dándole una patada: "¿A quién llamas estrella, necio?". Happosai no nota el golpe, y Ranma-h le grita por un megáfono para llamarle la atención; entonces el viejo lo ve: "Estás vivo.". Ranma-h se jacta: "Para derrotarte he venido de las profundidades del infierno."; y Happosai se dispone a lanzarle un cubo de agua fría.

Ranma-h esquiva el cubo y coge el saco de la ropa de Happosai, arrojando su contenido. Happosai ve con desespero como la lencería se esparce por doquier. "Ranma, maldito...", dice mientras la rabia se apodera de él; "¡Pagarás por esto!". Ranma-h percibe su fuerte aura de batalla y sonríe: "¡Prepárate, viejo!".

Escenas inolvidables: Ranma-h agradeciéndole a Ryoga... y luego cubriéndole de flores de funeral.

Capítulo 25. San Happosai.

Número 8.
"¡Ranma, lo pagarás!", grita furioso Happosai; "¡Inténtalo!", le reta él. Happosai lanza su primer ataque y Ranma-h lo esquiva, empezando a formar la espiral. Desde un tejado cercano, Colonia, Akane, Genma y Ukyo observan el desarrollo de la batalla; todos ven la fuerza del aura. Happosai se está enfadando cada vez más y Ranma-h ve que la cosa va mejor; "¡Está en el centro de la espiral!", dice Akane; y Ranma-h hace el movimiento: "!Desencadeno el Rayo!".

Pero no pasa nada. Happosai ha desaparecido... yendo a parar a una ventana donde ve como una jovencita se está cambiando. Ranma-h salta sobre él; "¿Por qué no intentas ser normal aunque sea en broma?"; "¡Soy el único hombre normal de todo Japón!", replica Happosai. Y entonces la chica se asoma a la ventana y pilla a ambos "in fraganti"; Ranma-h y el viejo salen despedidos por los aires, yendo a caer sobre otro tejado.

"Oh, cruel juventud. Privar a un pobre viejo de sus placeres."; Ranma-h sonríe: "Te he mosqueado, ¿eh? ¡Pues atácame!". Pero Happosai le sorprende, mirándole con lágrimas en los ojos: "¡No puedo! Atacarte en tu débil estado sería intolerable para mi sentido de la justicia.", y sale corriendo; Ranma-h lo persigue mientras Genma no se lo puede creer: "¿Desde cuándo tiene sentido de la justicia nuestro maestro?". Ranma-h sigue corriendo tras él y ruega casi desesperado: "¡Pelea en serio!". Pero Happosai le dice algo que le deja de piedra: "Eso lo dices sólo porque quieres... ¿que un pobre viejo sufra el Rayo Celestial del Dragón?".

La sorpresa en mayúscula, sobre todo para Colonia: "¿Cómo puede...? ¡Es uno de los secretos mejor guardados de nuestra tribu!". Y Happosai recuerda una historia de juventud: "Era un crío de dieciocho años...", y vemos al joven Happosai corriendo muy enfadado hacia una joven (y mucho más guapa) Colonia, protestando porque le ha dejado plantado... y sufriendo en sus carnes en Rayo Celestial del Dragón. "¡Abueeeelaaaa!", le dice Akane muy enfadada mientras Colonia se rasca la cabeza con cara de circunstancias. "Sin mi aura de batalla el Rayo es impotente. ¡Prueba en otra vida, Ranma!", sonríe Happosai.

Pero Ranma-h no se rinde. Coge al viejo y empieza a pintarlo y a escribirle "Imbécil" y "Pervertido". El viejo ríe cuando Ranma-h se lo muestra en un espejo. Ranma-h da un paso más y le mete unos petardos en la boca, que estallan con fuerza; "¡Mejor que piruletas!", ríe el viejo. Ranma-h pasa ya al último recurso; en casa de los Tendo, coge toda la lencería de Happosai, la saca al jardín, ante la atónita mirada del viejo, y le prende fuego. La rabia prende en Happosai, y Ranma-h sonríe... hasta que el viejo suspira y le mira risueño: "No importa. Encontraré cosas más bonitas.". Ranma-h se hunde por completo y cae abatido. El maestro se acerca a consolarle: "No dejes que te afecte. Es que aún eres un aficionado. Sólo soy infinitamente mejor que tú, nada más."; y Akane lo manda al infinito de una patada.

En el salón de los Tendo, Soun llora la tragedia de Ranma, mientras Kasumi, Ukyo, el panda y Colonia toman el té. Ranma-h, mientras, está totalmente hecho polvo en el gimnasio; "No conseguí enfurecerle con eso...", piensa; "Tanto entrenarme para nada."; y se da cuenta de algo: "¿Entrenarme? ¡Eso es! ¡Aún tengo otra oportunidad!".

Akane se dirige al gimnasio, con la intención de levantarle el ánimo a Ranma-h, pero antes de entrar escucha dentro unos curiosos sonidos... y Ranma-h sale exultante: "¡Ya le tengo! Tengo un plan para sacar el 100%... ¡mejor, el 120%!, del aura de esa vieja momia."; todos los presentes en la casa de los Tendo miran a Ranma-h boquiabiertos.

Capítulo 26. ¡¡Arde, Happosai!!

Número 9.
El Furinkan es un hervidero: "¡Ranma ha vuelto! ¡Va a pelear con el viejo!", es el comentario general. Ranma-h y Happosai están frente a frente en el patio de deportes del Furinkan. "Si te gano, me darás el esquema de la energileches.", le dice Ranma-h al viejo; "No te rindes, ¿eh?", responde el viejo mientras se guarda el esquema y plancha tranquilamente su colección de lencería. Colonia está preocupada, pues no ve que el aura de Happosai se libere; Ukyo no cree posible que Ranma-h pueda usar el Rayo; Akane se pregunta si su plan tiene algo que ver con los sonidos que escuchó; Ryoga observa silencioso, mientras pregunta mentalmente a Ranma-h por qué se contiene.

Ranma-h tiembla de rabia y emoción. "Nunca habría recurrido a esto de haber podido evitarlo.", piensa; "Con esto arruino lo que me quedaba de orgullo, pero si es para recuperar mi fuerza... ¡haré lo que sea!". Y grita a Happosai: "¡Echa un vistazo, viejo! ¡Fotos mías en ropa interior!", y saca de su ropa una ristra de fotos de Ranma-m en ropa interior femenina. Todos en el Furinkan se quedan boquiabiertos mientras Ranma-h rememora su plan: "Su aura arde más cuando mira chicas en ropa interior. Así que ¡arde, pervertido!".

Akane recuerda los ruidos y llega a una conclusión: "¡La cámara de fotos!". Ryoga no parece sorprenderse: "Es la misma táctica de siempre.", dice, pero Akane le recuerda algo: "Ranma siempre ha vestido ropa interior de chico aun siendo chica. ¡Pero ahora se ha puesto lencería!"; Ryoga se sorprende de verdad: "¡Es verdad! ¡Se lo juega todo!". Colonia mientras recuerda que fue el entrenamiento del Rayo Celestial el que le permitió a Ranma-h librarse de toda su vergüenza.

Happosai mira con ojos como platos, pero sigue inmóvil. "¿Qué pasa, baboso? ¿No las quieres?", le pica Ranma-h. Pero alguien sale tras él: "¡Las quiero!", grita Kuno casi matando a Ranma-h del susto y comienza a perseguirlo... pero de repente, el aura de Happosai crece de manera gigantesca y se lanza sobre ellos: "¡Son mías!". Colonia está asombrada: "Mucho mayor que su aura de batalla."; "Su aura de lujuria podría arrasar la Tierra.", comenta Akane.

Ranma-h comienza el proceso de trazar la espiral, pero ve cómo le caen encima unas cadenas y ganchos. Mousse llega pidiendo su parte. El director ve la trifulca y también se mete, pero Kuno lo tumba de un espadazo; el director se levanta muy enfadado y se lanza también en persecución de Ranma-h. Éste sigue su ruta en espiral esquivando los golpes; Happosai se lanza sobre él buscando las fotos, pero Ranma-h lo esquiva y al viejo se le cae algo. Sólo Akane lo ve: "¡El esquema!", grita.

Desde fuera, todos ven atónitos cómo el aura forma la espiral. Colonia se impacienta: "¡Usa el Rayo!", grita. Ranma-h se está conteniendo al ver a Kuno, Mousse y el director; "Si lo uso ahora, estos idiotas también quedarán atrapados. Y ellos no me han hecho...", y se acuerda de cuando le atacaron al conocer su debilidad, "...¿nada?". Y Ranma-h, completamente rodeado, dice sus últimas palabras: "No debisteis atacarme. ¡De verdad que no!". Y levanta el puño dando el grito de guerra: "¡HIRYU SHOTEN HA!".

El remolino se levanta salvajemente sobre el patio. Ranma-h sonríe satisfecho: "¡Eso os enseñará!". Pero la sonrisa se le nubla al ver una figura familiar en el remolino, con la cara desfigurada por la fuerza del viento: "¿Akane?".

Capítulo 27. La cruel tormenta de nieve de papel.

Número 9.
Desde el exterior, el tornado es gigantesco. "¡Lo hizo! ¡Usó el Rayo Celestial!", grita Ukyo. Colonia se siente más que satisfecha, hasta que se da cuenta de que en el cráter que ha formado el Rayo no está Ranma-h; Ryoga también se da cuenta de algo: "¡Akane no está!". Y la duda cunde entre todos ellos: "¿No estarán dentro?".

Dentro del remolino, Ranma-h flota buscando a Akane con desesperación, hasta que alcanza a verla flotando a unos metros de él. "¡Akane! ¿Qué demonios haces aquí?", le grita; Akane sólo puede llamarle y él se dirige decidido hacia ella, pero su falta de fuerzas le impide avanzar. En esos momentos, el material deportivo que quedó dentro del tornado se abalanza sobre Ranma-h, dejándolo medio KO pero impulsándolo hacia Akane. "¡Perfecto!", dice irónico. Alarga la mano hacia su prometida... pero en ese momento Kuno, Mousse, Happosai y el director tropiezan en él.

Desde fuera, todos ven como unos cuerpos salen despedidos del tornado... y se estrellan a endiablada velocidad contra el patio, formando un gran cráter. Todos miran su contenido: "Son el viejo, Kuno, el director y ese estúpido Mousse. Todos juntos en el mismo sitio. Sólo podemos hacer una cosa.", y comienzan a enterrarlos. Ryoga sigue mirando incrédulo el tornado; "Ese Rayo es más poderoso que el que me lanzó a mí."; Colonia lo confirma: "El aura era mucho mayor, y si Ranma sigue dentro... está en grave peligro.".

En el interior, Ranma-h sigue luchando desesperadamente por alcanzar a Akane. A ella ya le falta el aire y realiza un último esfuerzo: "¡Toma, coge esto!", dice tendiendo un papel a Ranma-h; "Es el esquema de la energibustión. Se le cayó a Happosai.". Ranma-h queda completamente sorprendido: "Ella... penetró en el corazón del Rayo... ¿sólo para dármelo?". Pero reacciona como siempre: "¡Eres más estúpida de lo que pensaba! ¿No sabes lo peligroso que es... ?". Pero Akane ya no puede responder: "Aprisa... toma... lo...", dice antes de desvanecerse.

Ranma-h hace un último esfuerzo y logra cogerla de la muñeca. Pero el papel se desgarra en la mano de Akane por la fuerza del viento. "Akane arriesgó su vida para dármelo. ¡No lo soltaré por nada del mundo!", piensa Ranma-h haciendo un supremo esfuerzo y alcanzando el resto del papel con sus dientes. Pero el viento es demasiado fuerte y el papel se desgarra en pedazos cada vez más pequeños ante el desespero de Ranma-h. Su mirada queda vacía: "El esquema... mi única esperanza de recuperar mi fuerza es...".

Desde fuera, la gente ve salir los pedazos de papel; "¡Confetti!", exclaman todos sorprendidos. Colonia alcanza uno de los pedazos y al verlo se da cuenta de lo que es. "¡Coged todo el confetti, sin que falte ni un pedazo!", grita a todos los presentes. "Con todos los pedazos, el yerno tiene alguna posibilidad. Sin ellos, ¡morirá debilucho!", piensa.

Dentro del tornado, Ranma-h llora como un niño; "No volveré a ser fuerte... ¡se acabó! Lo siento, Akane."; y entonces se da cuenta de que la tiene entre sus brazos. "Es cierto. ¡No puedo rendirme!", y la abraza fuerte contra su pecho: "Aunque sea lo último... ¡te salvaré!", piensa mientras ve como va cayendo hacia el suelo a velocidad mortal.

Escenas inolvidables: Ranma-h abrazando a Akane en el tornado, pleno de agradecimiento y cariño por ella.

Capítulo 28. Ranma renacido.

Número 9.
Ranma-h y Akane se precipitan hacia el suelo. "¡Van a estrellarse!", dice Ukyo; "Ranma se lo merece, ¡pero mi Akane no!", grita Ryoga. Sin embargo, una figura emerge de la tierra: "Maldito seas, Ranma.", dice Happosai, aún bastante hecho polvo. "Sigues vivo.", le dice Colonia. "Me he arrastrado desde los mismos pozos del infierno para ver a Ranma castigado."; el viejo saca una de sus bombas de fuegos artificiales y la lanza contra Ranma-h y Akane ante la mirada horrorizada de Colonia y el panda.

Pero el estallido tiene su efecto beneficioso. "¡Nos frena!", grita Ranma-h, "¡Ya no alcanzaremos el suelo a la máxima velocidad!". Ranma-h nota entonces que algo se dirige hacia ellos, y alcanza a ver a Happosai vestido de ardilla. "Dame tus fotos en ropa interior.", es lo único que le dice el viejo; "Acabo de salvarte el trasero.", vuelve a decir con cinismo. Ranma-h saca las fotos y las lanza al aire: "¡Cógelas tú mismo!". El viejo se abalanza sobre ellas, y Ranma-h aprovecha para plantarse sobre él mientras sigue agarrando fuerte a Akane. "Bien, ahora sólo tengo que deslizarme y poner a salvo a Akane.", piensa.

Pero se da cuenta de que tiene la valla delante de sus narices. "¡Gira, estúpido!", le grita al maestro, pero este no hace ni caso: "¡No sin esa foto!", dice señalando una foto de Ranma-m enganchada en la valla. Y se estrellan de morros. Pero sólo Happosai y Ranma-h. El trío cae, primero Happosai, sobre él Ranma-h y sobre ambos Akane, que justo entonces recupera el sentido. Todos están gratamente sorprendidos de ver que Akane no tiene ni un rasguño.

Pero Akane recuerda inmediatamente el motivo principal: "¡El esquema! ¿Dónde está?", le pregunta a Ranma-h. "¿Cómo le digo que dejé que se deshiciera en el viento?", se pregunta Ranma-h, pero tras él escucha su salvación: "Este es todo el confetti que hemos podido recoger.". Son sus compañeros, que le ofrecen todos los pedazos a Colonia. La bisabuela reconstruye el esquema, pero falta un pedazo y la fatalidad persigue a Ranma-h: "Falta justo el punto que muestra la cura de la energibustión definitiva debilitadora."; y el rumor se hace general: "Entonces, ¿Ranma quedará débil para siempre?".

Ranma-h se incorpora cabizbajo y avanza unos pasos sin mirar a nadie. "Abuela..., Ryoga..., Ucchan..., todos...", consigue decir; y se vuelve exhibiendo una hermosa sonrisa: "Sólo quería decir, gracias por todo. Fue divertido.". Akane queda sorprendida. Ranma-h salta la valla haciendo caso omiso a las llamadas de Ukyo y Colonia. "Espero que no intente nada desesperado.", dice la bisabuela; Ukyo está al borde del llanto y mira furiosa al maestro: "Este viejo estúpido...", y comienza a darle más palos que a una estera con su pala, hasta que Ryoga la para y señala algo sobre la frente del viejo: el pedazo que falta.

Ranma-h dirige su último pensamiento a Akane: "Adiós, Akane. Gracias por los recuerdos.". Una enorme mochila llega por los aires y cae sobre él. "¿Qué? ¿Ibas a marcharte sin decir nada?", le dice Akane, aún sucia y desarrapada; "Akane...", consigue decir él. "No te detendré, pero... me iré contigo.", le dice ella. Ranma-h la mira con ternura y agradecimiento, pero su orgullo se impone: "No seas estúpida. ¿Como puedo entrenarme con un chica pegada...?", y al colgarse la mochila, Ranma-h cae con su peso. "Me ofrezco a acompañarte para llevarte tus cosas.", le dice Akane con mirada de ironía.

Ranma-h llora como un niño y Akane se acerca a consolarle: "No tienes por qué irte. No tienes por qué ser fuerte.". Ranma-h no está convencido: "Si no recupero mi fuerza, ¿qué me queda?". Akane dice algo sin pensarlo mucho: "¡Muchas cosas! Tienes muchas otras cualidades..."; "¿Cómo?", le pregunta Ranma-h volviéndose a ella. "Bueno, como..., ya sabes... como...", y como ve que está en un callejón sin salida se va por las ramas: "¡No tienes por qué ser fuerte! ¿Vale?". Ranma-h la mira enfadado: "¿Te habría matado inventarte alguna?".

De repente, Ranma-h nota un escozor en su espalda y pega un bote de dolor: "¡Quema!", y pega un golpe reflejo hacia atrás... que impacta en el rodillo de aplanar y lo hace pedazos. Ranma-h apenas se lo puede creer: "Mi... ¡mi fuerza!"; "Está curado", pone el panda en un cartel mientras llora; "Parece que la energibustión ha funcionado.", comenta Colonia. En ese momento, el trío calavera (Mousse, Kuno y el director) vuelven a intentar a atacar a Ranma-h ante los rumores de su cura... y Ranma-h los barre de una patada. Se vuelve hacia a Akane: "¡Akane, estoy curado!"; Akane llora de la emoción, y se lanza a abrazarle: "¡Cuánto me alegro por ti!"... Pero Ranma-h pasa por completo de ella y comienza a destrozar paredes, dejando a Akane completamente incrédula.

Una semana después, en casa de los Tendo, el dojo está destrozado. Ranma-h ríe mientras pide al panda otro asalto; el panda, vendado hasta los ojos, dice que ya basta. Akane y Nabiki miran averonzadas. Soun llora al ver su casa destrozada. "Ranma parece muy feliz.", dice Kasumi sin inmutarse. "¿Queréis que le haga otra energibustión?", comenta Happosai con la cabeza llena de chichones.

Escenas inolvidables: La despedida entre Ranma-h y Akane. Y Ranma-h pasando totalmente del abrazo de Akane.

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